Edificio del Colegio Bolívar: de San Francisco a San Simón

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Nuestra tierra se enriquece de íconos emblemáticos escondidos entre sus calles, destaca entre ellos el edificio del Colegio Nacional Simón Bolívar. Sin necesidad de realizar una apología o una reseña histórica del establecimiento rememoramos el antecedente de esta centenaria construcción.

El registro más antiguo corresponde al año 1607 que revela la existencia de un convento de la Orden de San Francisco y su respectiva Iglesia levantada en honor a su patrona la Virgen de Guadalupe, construido sobre el terreno asignado por el fundador de la Villa en 1606. La Iglesia se reedificó en el año de 1620 siendo descrita como de hermosa planta, con nave y crucero, capillas colaterales al cuerpo de la Iglesia, además de coro alto y sillería de cedro, descripción que invita a imaginar el hermoso arte colonial, hoy desaparecido por completo. Mencionamos también que contaba con su cementerio colonial.

En el primer año de la República el Mariscal Antonio José de Sucre, dispuso que las órdenes religiosas sean suprimidas en Oruro a excepción de los dominicos y agustinos, por lo que templos y conventos fueron abandonados para ser transferidos al Estado.

El 28 de octubre de 1826 en honor a la fiesta de “San Simón”, el propio Mariscal de Ayacucho dispuso la creación de un Colegio de Artes y Oficios, con prioridad en la enseñanza a los huérfanos del periodo de la Guerra de Independencia. Se instalaron para su funcionamiento los predios del antiguo convento de San Francisco. Sin embargo, las funciones de este establecimiento fueron inauguradas el 13 de junio del año siguiente, ostentando la nominación del libertador. Años después se dispuso que el aniversario sería recordado el día del natalicio de Simón Bolívar, o sea el 24 de julio.

Ante el creciente número de alumnos, luego de algunos años, se determinó que el colegio funcionara frente al edifico de las Cajas Reales, quedando los predios del antiguo convento en completo abandono sirviendo de cárcel eventual por muchos años. Los restos de este edificio formaron promontorios de tierra, escenario favorito para quienes fabricaban papalotes o “voladores” que demostraban sus habilidades con este juguete en el período de vientos de agosto. En 1906 se dispuso la construcción del edificio actual del Colegio Bolívar, ocupándolo en el año de 1919 y compartiendo con la Escuela de Derecho de la Universidad San Agustín que por las noches abría sus puertas a su único curso.

Al concluir sus funciones el Congreso de la República el año de 1900 donó su mobiliario al Colegio Bolívar y la Universidad de San Agustín, esta última al no contar con edificio propio, mantuvo serios conflictos en relación a su mobiliario que quedó por completo en propiedad del Establecimiento.

El Edificio fue declarado patrimonio arquitectónico por el Municipio el año 2001 y es parte los íconos de nuestra ciudad constituyéndose en uno de los más importantes Rincones de Mi Tierra.

Fuente: LA PATRIA