Jueves 22 de agosto de 2019
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Van cuatro meses que esperamos una respuesta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) a la propuesta de recuperación de la primera Casa de Moneda que está en su poder desde 1915, cuando la Prefectura de Potosà les prestó el edificio que no largan desde entonces.
La última vez que logré contactar a su presidente, José Antonio Revilla, fue el 2 de agosto, cuando me dijo que la sala plena se reunirÃa el miércoles siguiente, dÃa 7, para considerar la propuesta que hizo la Gobernación de Potosà de ceder al Ã?rgano Judicial un inmueble a cambio de la primera Casa de Moneda.
No sé nada más desde entonces.
La primera Casa de Moneda es un edificio público, un bien del Estado que, por eso mismo, no puede ser enajenado. Comenzó a construirse en 1572 y cumplió las funciones de amonedación hasta 1773, cuando estuvo terminada la segunda que es la que todos conocemos como el museo más importante de Bolivia.
Cuando dejó de funcionar como ceca, este edificio sirvió al banco de rescates que también lo desocupó a principios del siglo XX. Se estaba deteriorando sin uso cuando la Prefectura de Potosà lo remodeló, usando incluso dinero de sus funcionarios, y se lo prestó a la institución que entonces se llamaba Corte Superior de Justicia. Era un préstamo pero el Poder Judicial olvidó todo el proceso histórico previo y, casi al terminar ese siglo, inscribió el inmueble a su nombre en Derechos Reales pese a que era, y es, un bien del Estado.
