Van cuatro meses que esperamos una respuesta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) a la propuesta de recuperación de la primera Casa de Moneda que está en su poder desde 1915, cuando la Prefectura de Potosà les prestó el edificio que no largan desde entonces.
La primera Casa de Moneda es un edificio público, un bien del Estado que, por eso mismo, no puede ser enajenado. Comenzó a construirse en 1572 y cumplió las funciones de amonedación hasta 1773, cuando estuvo terminada la segunda que es la que todos conocemos como el museo más importante de Bolivia.
Para devolver el edificio, porque de eso se trata, el TSJ pide una compensación. La Gobernación de Potosà ofreció cederle un inmueble a cambio y esa es la propuesta a la que la Sala Plena no puede responder hasta ahora.
Ese es el tipo de justicia que tenemos en Bolivia, una que no ve lo que está bien ni lo que está mal sino lo que se ajusta a sus intereses. Por eso es que no me extraña que se cuoteen los cargos del �rgano Judicial.
Lo que me extraña es que todos, ciudadanos y periodistas incluidos, nos quedemos tan tranquilos sabiendo lo que ocurre.
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