En el caso de la familia Mamani Velasco, tanto el papá, la mamá y el hermano menor quedaron seriamente afectados por el impacto de la explosión. El padre perdió una pierna, la madre tiene una de las extremidades superiores con una rajadura en los huesos y el hermano menor perdió un ojo además de tener desviado el tabique, debe esperar hasta cumplir los 16 años para que puedan operarlo.
En el caso de la familia Mamani Velasco, tanto el papá, la mamá y el hermano menor quedaron seriamente afectados por el impacto de la explosión. El padre perdió una pierna, la madre tiene una de las extremidades superiores con una rajadura en los huesos y el hermano menor perdió un ojo además de tener desviado el tabique, debe esperar hasta cumplir los 16 años para que puedan operarlo.
"Es muy difÃcil, yo he estado trabajando, nos hemos prestado dinero de mi tÃa, mi papá no puede trabajar y gracias a Entel y la LoterÃa (Nacional) le pudieron ayudar con una prótesis. Mi hermanito se quedó traumado, cualquier sonido dice bomba, tiene miedo y hasta ahora no pudo ir al psicólogo", indicó Gladys Mamani, miembro de la familia.
Se entiende que posterior a la primera atención de emergencia luego del fatÃdico dÃa, no se dio continuidad con el tratamiento hasta la actualidad, aspecto que llama la atención en cuestionamiento a las autoridades, considerando que ya transcurrió un año desde lo ocurrido, la familia todavÃa requiere ayuda. "Les curaron hasta cierto punto pero hasta ahà nomás", dijo.
CON MULETAS
Una segunda realidad es narrada por Cinthia Suárez Escobar, quien quedó casi inmovilizada de las piernas, en otrora se dedicaba a la actividad comercial transportando mercancÃas desde diferentes regiones a Oruro. Hoy tuvo que invertir todo su capital en su salud, hasta el punto de quedar casi sin nada. Ahora es casi imposible solventar el pago de un alquiler, generar la economÃa para subsistir y adquirir medicamentos.
"Ya no soy como antes, ya no sirvo, ahora ni hasta al baño ya no puedo ir, totalmente ya no puedo hacer nada. Tengo heridas en la pierna y la cadera rota, tengo prótesis que me pusieron pero ahora ya me afectó a la columna. Me estoy sanando de una cosa pero otra cosa ya empeora, ya no soy igual", manifestó.
Ella tiene un hijo de 11 años con quien estuvo el dÃa de la explosión y quedó afectado en una de las piernas, pese a ello requiere de cuidados y asistencia que en la actualidad no es brindada por las autoridades.
ME DUELE LA CABEZA
"Me duele mucho la cabeza, constantemente me dan mareos y no me deja trabajar. Nos sentimos muy mal porque ya hemos hablado con las autoridades pero a las autoridades no les interesa. No queremos dinero, queremos la restauración de nuestra salud y poder trabajar normalmente", dijo Ansony Ayma, vÃctima de la explosión.
Si bien estos tres casos pueden ser considerados como los más crÃticos, existen otros que no salieron a la luz precisamente porque perdieron la esperanza en recibir ayuda de las autoridades. Sin embargo, se espera que a un año de este siniestro que enlutó nuevamente a Oruro desde el desplome de una de las pasarelas del Carnaval se pueda reencaminar el trabajo de atención para que las vÃctimas puedan sobrellevar una vida normal como la que anhelan.
Fuente: LA PATRIA
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