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Domingo 20 de enero de 2019

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Revista Dominical

El "pecado" de Harrington

20 ene 2019

Por: Dehymar Antezana - Periodista LA PATRIA

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Todos pecamos en el mundo, por una u otra razón, caso contrario ya hubiésemos sido considerado santos. Sin embargo, hubo un personaje al cual le hicieron pecar, pero si no hubiese sido por un hecho que marcó la vida del país, quizá este insigne ser, estaría en el olvido o sólo en el imaginario de aquellos que habitan esos 227 metros que compone esa calle, nos referimos a Harrington.

Si bien él no fue el autor de los hechos de aquel fatídico 15 de enero de 1981, su nombre y memoria quedó manchada por la brutalidad, la inconsciencia y el placer por matar de los militares de entonces.

La mencionada calle Harrington fue nombrada en honor al educador y fundador del Instituto Americano de La Paz, Francis M. Harrington. Ahora la mencionada vía lleva el nombre de "Mártires de la democracia".

DICTADURA

Es complicado entender el término de "dictadura", principalmente para las nuevas generaciones, quienes al no repasar en las aulas del colegio este tipo de episodios, desconocen muchos sucesos y no asimilan la realidad en que hoy se desenvuelve el país, una dictadura disfrazada de un socialismo falaz y una democracia, cuyas venas fueron abiertas para que se desangre en una condena establecida.

Es complicado entender el término de "dictadura", principalmente para las nuevas generaciones, quienes al no repasar en las aulas del colegio este tipo de episodios, desconocen muchos sucesos y no asimilan la realidad en que hoy se desenvuelve el país, una dictadura disfrazada de un socialismo falaz y una democracia, cuyas venas fueron abiertas para que se desangre en una condena establecida.

Según el diccionario, cualquiera que fuere, la dictadura se define como un gobierno que prescinde del ordenamiento jurídico y de la legislación vigente para ejercer, sin ningún tipo de oposición, la autoridad de un país. El término se hace extensivo al país con esta forma de gobierno y al tiempo que dura este tipo de mandato.

Existen varios tipos de dictadura, una de ellas, es la militar cuya base es el respaldo de la fuerza militar. La dictadura constitucional, cuando un dictador viola la legislación para ejercer el poder.

La dictadura también es un tipo de totalitarismo, cuya hegemonía ideológica prevalece ante cualquier pensamiento ajeno al poder. También existe la dictadura del proletariado, basado en las ideas marxistas.

EL GOLPE

El 17 de julio de 1980, la "bota militar" sienta su huella en el país, con dolor para los bolivianos, que vieron partir "a la mala" de esta vida a muchos compatriotas, debido a sus ideológicas o concepciones políticas, fueron segados sin piedad alguna.

Un ejemplo claro, el primer día de la dictadura de Luis García Meza, se sacrificó la vida del dirigente político del Partido Socialista (PS-1), Marcelo Quiroga Santa Cruz, cuyos restos aún no fueron encontrados, crimen del cual se negó García Meza, pasándole la responsabilidad a Luis Arce Gómez, paramilitar que destruyó el sentir boliviano.

A ciencia cierta no se sabe dónde están los restos de ese dirigente, sin embargo, se habló de que su cuerpo fue cremado en los hornos de Vinto, en la ciudad de Oruro, al día siguiente del golpe.

El régimen dictatorial de García Meza enarboló la bandera del luto, en el mástil de las violaciones a los derechos humanos, sobre un cimiento endeble de ignorancia, atrevimiento y falto de valores.

HARRINGTON

Dentro de esos tantos episodios vividos durante esa dictadura militar, nos remontamos al 15 de enero de 1981, cuando ocho dirigentes del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) fueron ejecutados durante una reunión "secreta" que habían convocado para discutir sobre la situación económica del país, porque García Meza había decidido "lanzar" un paquete económico en el que se elevaban los precios de la canasta familiar.

No faltó un "soplón", que según la historia lo identificó como Adhemar Alarcón, fue quien delató a los dirigentes "miristas". El ministro del Interior, Luis Arce Gómez organizó la masacre dirigida a esa vivienda de la calle Harrington.

Allí estaban reunidos: El sociólogo y pedagogo José Luis Suárez Guzmán; el cadete, visitador médico y aviador civil Arcil Menacho Loayza; el abogado y policía José Reyes Carvajal; el economista Ramiro Velasco Arce; el minero Artemio Camargo Crespo; el ingeniero y catedrático Ricardo Navarro Mogro; el dirigente universitario, Jorge Baldivieso Menacho, y el artista pintor y dirigente universitario Gonzalo Barrón Rendón.

Los militares llegaron a la casa identificada con el número 730 de Harrington entre las 17:00 a 17:30 horas, estaban en dos vehículos Jeep, bajaron justo cuando la reunión de los dirigentes miristas culminaba. Fueron sorprendidos violentamente, metieron la puerta e ingresaron a la casa.

El infiltrado Adhemar Alarcón fue quien estuvo con los militares, quien además se encargó de identificar a los dirigentes políticos, una vez hecha esta acción, comenzaron a sonar las ametralladoras. Los proyectiles se fueron alojando uno a uno en los cuerpos de las víctimas que pagaban con sus vidas un alto precio por su dedicación política.

Todos ellos asesinados, cuyos cuerpos recibieron la descarga del plomo, salida de los fusiles de la podredumbre militar de entonces.

Según relato de Gloria Ardaya la única sobreviviente de la masacre, los disparos se escucharon aproximadamente durante cinco minutos. Aquel hecho fue justificado por el Ministerio del Interior, indicando que se aplacó a un grupo armado.

Asimismo y dentro de las tantas mentiras señaladas, una médico forense, estableció que las víctimas de Harrington murieron por una pulmonía.

La única que se salvó de morir como lo mencionamos anteriormente, fue Gloria Ardaya, quien según los registros históricos, se ocultó debajo de una cama para evitar ser víctima del desastre. Sin embargo, fue encontrada para recibir un castigo físico y psicológico, posteriormente exiliada.

Para algunos críticos, aquel episodio marcó un hito para la dictadura militar y fue el inicio de su caída. Ocho vidas sacrificadas en nombre de la democracia, en nombre de la libertad ideológica, en nombre de la lucha contra la opresión de la "bota militar".

Ese fue el "pecado" de Harrington, tener la mala suerte de que la calle lleve su nombre y se manche con la sangre de los bolivianos. Memoria y homenaje a esas víctimas, que sólo pidieron una Patria libre y democrática.

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