Domingo 18 de noviembre de 2018
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Muchos estudiantes concluirán esta gestión educativa con éxito y otros con dificultades, algunos papás recién se están preocupando en el aprovechamiento de sus hijos, tratando de salvar este último bimestre, será un poco difÃcil de hacerlo, ellos, no serán comprendidos en su deficiente formación, frustrados, emocionalmente afectados, más bien recibirán represión, castigos, algunos amenazarán con abandonar sus casas, dejando en la tristeza a sus familias, esto es el reflejo de la violencia familiar, conviene detenerse, ser tolerantes, para ver qué factores y problemas, han influido en su bajo rendimiento académico.
TodavÃa en la educación actual, seguimos con actitudes anticuadas, desarrollando el aprendizaje bajo condiciones coercitivas, psÃquicas y fÃsicas. Algunos padres, están de acuerdo que se eduque a sus hijos con disciplina rÃgida y castigos. La represión psicológica es normal en algunos papás, este valor negativo continúa en algunas escuelas porque asà lo exigen los tutores; los alumnos vienen a un centro educativo con actitudes violentas, que no son fáciles superarlas, porque en la familia se practica, no hay respeto entre hermanos, falta una convivencia armónica, todo es gritar, hablar agresivamente a los hijos, hijas, no es culpa de los docentes, sino, hemos heredado del sistema educativo anterior, donde la beligerancia era habitual, para superarlas se necesita bastante tiempo. Antes, cuando el alumno no cumplÃa sus obligaciones escolares, se castigaba con el plantón, paleta o goma en sus manos. La desintegración familiar, la comunicación agresiva, está ocasionando, profesionales que tengan problemas, autoridades violentas, machistas, ahora cumplen una función pública, se expresan en organizaciones polÃticas, cÃvicas, en centros laborales.
