Sobresaltos en Latinoamérica

Hay que generalizar el tema de la región, porque los sobresaltos se dan desde la parte Norte en México, la isla de Cuba, varios países en Centroamérica, preocupante el caso de Nicaragua y bajando hacia el Sur, desde la complicada Venezuela, pasando por Brasil, tocando al frente Colombia, Ecuador, Perú y Chile, Paraguay y Uruguay, hasta el extremo Sur con una Argentina que se complica financieramente, como parte de una cadena con eslabones que alteran el control gubernamental.

El hecho es que esa serie de hechos que se producen en los países de habla hispana y de raíces peculiares en su conformación de naciones, se concatenan y el problema deja de ser estrictamente "nacional" y se convierte en un conflicto regional geográficamente hablando y sopesando la injerencia de algunos casos en perjuicio de otros, solo por el efecto de proximidad o por la presión que quisieran y no pueden imponer algunas administraciones políticas.

La vecindad desarrollada en el mejor sentido de la solidaridad y fraternidad, no puede alterarse por caprichosas condiciones que plantean ciertos líderes políticos, cuando en los hechos no hacen práctica de tales ideales al interior de los países que gobiernan, de ahí que, librepensantes de nuestro continente latinoamericano, proponen una gran cumbre de los organismos de la región, para depurar los factores adversos y alentar los ideales de paz, unión, confraternidad e integración

Lamentablemente todavía hay en este continente resabios de políticas conservadoras, por un lado o las emergentes con signos de extremismo en otras latitudes, pero generando de una u otra forma, inquietudes, conflictos, alteraciones y atentados contra derechos fundamentales, en un afán de imponer caprichosas políticas dominantes, que ya salieron del esquema de las dictaduras, las de derecha y con más fuerza en las izquierdas que paulatinamente están buscando ubicación en un centralismo de respeto a derechos y libertades, que son las nuevas condiciones para alcanzar convivencia, con respeto y dignidad.

Todo pasa por nuestro continente, lo que proviene del Norte, lo que llega de Europa, lo que se impone desde el sector asiático, tiene gran mercado en este vasto territorio de economías diversas, de múltiples intereses sectoriales y de arraigadas ideologías, pocas, pero todavía persistentes, aun resistiendo un cambio, que comienza aflorar en nuestras jóvenes naciones progresistas, donde cada vez es más difícil sostener los regímenes autoritarios, y los esquemas que develan mayores hechos y signos de corrupción.

En las potencias económicas se juegan los intereses de nuestra región y sabiendo que Latinoamérica, es una potencia aún dormida, lo que hacen es evitar su unificación, pues divididos como estamos, seguiremos siendo presa fácil de los mentados imperialismos, que por donde se los vea, siguen influenciando de la manera más sencilla, generando conflictos que nos separan y que seguirán siendo "caldo de cultivo" para aumentar los sobresaltos en nuestro continente.

Es tiempo de unir esfuerzos para desterrar los signos que nos separan, trabajando por objetivos de unidad, con fraternidad y solidaridad, como avizoró el idealista de la gran patria latinoamericana.

Fuente: LA PATRIA