Crecimiento imparable de gremiales

Una serie de estudios que se han realizado en distritos especiales afines a la actividad comercial en varias ciudades del país, establecen que el crecimiento del denominado sector gremial es imparable y aumenta su magnitud en la medida que también se incrementa la población migrante campo - ciudad y el asentamiento de miles de puestos del comercio informal.

Según algunas referencias de organizaciones que estudian el fenómeno, el caso de Oruro se toma en cuenta como el "propulsor" del comercio callejero y el funcionamiento de las "ferias" semanales que se instalan en proximidades de un centro de abasto y que originalmente era de un día por semana y ahora es de dos días, pero con un crecimiento desmesurado que de cinco cuadras saturadas de puestos de venta, ahora hay que hablar de más de cien cuadras, frente a frente que se han extendido en varias arterias paralelas de este a oeste y las transversales de norte a sur.

Volviendo al caso de Oruro, desde hace varios años y ante la declinación de su principal fuente generadora de riqueza que fue la minería, la necesidad de sobrevivencia centró su atención en un negocio ilícito, pero de gran movimiento de capitales, convirtiéndose en un centro de acopio de mercadería de contrabando, la misma que los mayoristas la entregan a comerciantes intermediarios y estos a vendedores al detalle, con lo que funciona una cadena, que ha extendido sus eslabones, al interior, el caso de El Alto, Santa Cruz y Cochabamba, desde donde viajaban los comerciantes para adquirir al por mayor y precios especiales una extensa gama de productos.

Oruro cambió entonces al rubro del comercio mayorista, un rubro que mueve millones de dólares y bolivianos, que permite a miles de personas dedicarse al comercio informal, pero con un gran problema, que constituye la abierta y extendida evasión impositiva, que hasta el presente es la gran debilidad del Servicio de Impuestos, que no ha logrado incorporar a su registro general a los grandes capitalistas del contrabando y del comercio informal.

Mientras tanto el comercio intermediario y minorista que tiene la principal característica de su informalidad en un mínimo capital de arranque, la facilidad de ubicación en una labor sin horarios fijos, puede incluir a más de un miembro de la familia y sin responsabilidad salarial, permitiendo además que simultáneamente el jefe de familia u otro miembro tengan una actividad extra, mientras que otros hijos tienen tiempo para sus obligaciones educativas, la esposa cumple funciones de ama de casa, pero también atiende el negocio, de donde se desprende el hecho de que el comercio informal, permite formalizar la economía de muchas familias ante la falta de empleo formal.

Un asunto sumamente interesante por su sentido social, que mueve mucho dinero, alienta la evasión impositiva pero al mismo tiempo soluciona el déficit de empleo y calma la protesta que en otros sectores, es parte de una permanente situación de conflicto. Merece sin embargo una legislación especial que formalice su vigencia, las obligaciones y beneficios del creciente sector gremial.

Fuente: LA PATRIA