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Domingo 13 de agosto de 2017

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Cultural El Duende

Los beatniks: Visiones divinas

13 ago 2017

El término "Beatnik" fue acuñado en 1958 por el periodista estadounidense Herb Caen con el fin de parodiar a la generación "beat" luego de la publicación de la novela-manifiesto "En el camino" de Jack Kerouac. En esta oportunidad, el escritor y periodista peruano, Pedro Casusol, miembro de la European Beat Studies Network, refiere los periplos que los poetas de este movimiento vivieron en Latinoamérica

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Tercera y última parte

Se la presentó Salazar Bondy, quien consideró que podría haber afinidad entre ambos. Raquel Jodorowsky era chilena, llevaba una década viviendo en Lima y representaba cierta sensibilidad poética(29). En medio de la escena cultural limeña, ella era una guapa mujer de la misma edad de Ginsberg, portadora de la bandera del desenfado y la extroversión. Por aquella época, Jodorowsky se ganaba la vida haciendo funciones de títeres para teatro y televisión junto a un jovencísimo Walter Curonisy(30).

Un día, Allen preguntó si había un lugar en Lima donde pudiera comer cocina europea, a lo que Raquel se ofreció a preparar borscht(31). Aquel sería el detonante. Se dieron cuenta de la similitud de sus vidas, así como de sus raíces en común. Tanto él como ella eran descendientes de inmigrantes judíos ucranianos y, al menos en la leyenda personal de Raquel, la familia de Allen y la suya debieron haberse conocido en el barco que los sacó de Rusia a inicios del siglo XX.

Se hicieron amigos y él empezó a visitarla. Si ella estaba dictando su taller de poesía, Allen se sentaba a esperarla en un sillón en la casa de Raquel, en Lince, y se ponía a leer los libros que encontraba en la biblioteca. Luego se iban a almorzar al Barrio Chino, cerca al mercado central. En su poema Oda a Allen Ginsberg, Raquel cuenta que pisaron las basuras de la calle Capón "cantando canciones en ruso"(32). Después solían tomar café en algún bar del centro. En sus devaneos por Lima, el beatnik conoció también a otro gran vate, Rafael Alberti, con quien conversó de arte oriental(33).

Raquel era conocida por sus cautivadores ojos verdes, por publicar libros que ella misma vendía en recitales y por ser la voz femenina que a los 23 años había "levantado la cabeza después del primer ciclo de la Mistral", según palabras de Rosamel del Valle(34). Lo cierto es que Ginsberg, un homosexual declarado, se identificaba con ella. Pero su madre, muerta y lobotomizada, yacía en su inconsciente. ¡No había marcha atrás! En su búsqueda por encontrar a Dios, Ginsberg estaría a punto de descubrir la dicotomía del universo. El Ayahuasca le depararía aún más sorpresas.

***

A su paso por Lima, Ginsberg alucinó con éter. Su intención era describir la experiencia en un poema que más tarde sería publicado en el libro Reality Sandwiches. Walter Curonisy recuerda en su Poema a Allen Ginsberg que el beatnik lo llevó a su cuarto "a mirar el reloj / de la estación con éter"(35), mientras Raquel, en su oda, cuenta que le dio a oler algodones "prometiéndome que vería a Dios y no lo vi"(36). Los poemas de Walter y Raquel coinciden a su vez con el de Allen, que en una de sus páginas pregunta: "¿Qué puede ser posible / en un universo menor / en el que se puede ver / a Dios oliendo el / gas en un algodón?"(37).

Al final de Aether, Ginsberg parece resignarse al paso del tiempo: "en este infierno de Nacimiento & Muerte / me acerco a los 34 -súbitamente me sentí / viejo", al mismo tiempo que comprende la soledad de su existencia: "sentado con Walter & Raquel en un Restaurante Chino -se besaron- yo solo"(38).

Curonisy afirma, desde Marruecos, que Ginsberg le pidió que lo ayudara a conocer Lima. "Con un reflejo muy negativo lo conduje hasta el Montón [el basurero de la ciudad]", señala(39). Y en su poema refiere: "vimos cómo engordaban a los cerdos / y las peleas de las bandas por un pedazo de vidrio"(40).

Aquel era el lugar donde acudían los camiones de basura, el miserable escenario en el que los gallinazos sin plumas de Ribeyro pugnaban por sobrevivir. Al poeta los mendigos lo confundieron con Fidel Castro por la barba, que entonces era sinónimo de lucha guerrillera. "¡Castro!, ¡Castro!", le gritaban a su paso entre los desperdicios(41).

Con aquel escenario de fondo, en medio de montañas de basura y moscas, el beatnik le preguntó a Curonisy si había leído a Rimbaud o los Cantos de Maldoror, a lo que Walter respondió que no. Tenía solo 20 años.

***

Su cumpleaños número 34 lo sorprendió en Huánuco, herido por la tristeza. El viaje a la selva fue lento y duró una semana, culminando la ruta Tingo María-Pucallpa tendido sobre sacos en un camión desvencijado. A orillas del río Ucayali, Ginsberg se contactó con un hombre llamado Ramón que había conocido a Robert Frank, fotógrafo de la película Pull my Daisy(42), quien lo condujo hasta un chamán, "un individuo de unos treinta y ocho años, de aspecto pacífico y simple"(43), como lo describiría más tarde.

Durante su primera experiencia con Ayahuasca en la selva, Ginsberg empezó a "ver o sentir lo que me pareció el Gran Ser, o algún sentido de Eso, que se aproximaba a mi mente con una gran vagina húmeda"(44). La alucinación consistía en un ojo mirando desde un agujero negro, rodeado por peces, aves, serpientes y mariposas.

La noche siguiente, Allen repitió la experiencia con una dosis más potente. El trip fue metanoico, sintió "todo el maldito Cosmos" enloquecer y describió su viaje de la siguiente manera: "creo que [fue] lo más fuerte y peor que haya tenido"(45). La cuestión de la vida y de la muerte lo asaltó de pronto. La certeza de un fin próximo, irremediable, y el drama de no estar nunca preparado.

La sola idea de morir lo entristecía. Pensaba en Peter y en su padre. Bajo los efectos del Ayahuasca, tuvo un encuentro cercano con la muerte. "La choza íntegra parecía rayada de presencias espectrales todas ellas sufriendo transfiguraciones al contacto de una Cosa �nica misteriosa que era nuestro destino y que tarde o temprano habría de matarnos"(46), le escribió a William S. Burroughs.

Tras esta experiencia, Allen llegó a la conclusión de que la única manera de confrontar la muerte era reproduciendo vida. Tan simple como eso. Una salida que sin embargo nunca antes había considerado. En su biografía, Schumacher señala que Ginsberg decidió "tratar de entender mejor a las mujeres y, en definitiva, tener hijos". Ellas eran ahora capaces de "salvarlo de la destrucción total"(47).

De sus viajes con Ayahuasca, que repitió con frecuencia hasta el 24 de junio de 1960, Ginsberg escribió los poemas Magic Psalm y The Reply, los más logrados en transmitir sus vuelos metafísicos. Desde la selva, el gringo le envió a C. E. Zavaleta dos botellas con el brebaje para que le fueran entregadas a Marcia Koth, pero solo una de ellas "llegó a manos del portero de la embajada norteamericana"(48).

La idea de Ginsberg era consumir y estudiar la pócima en Estados Unidos. Le interesaba que Jack Kerouac la bebiera también. Curonisy, quien sostiene que lo acompañó durante el periplo, cuenta que a su regreso trajeron consigo más botellas con Ayahuasca que luego tomaron donde Raquel(49).

***

En la pequeña casa de Raquel, fallecida el 27 de octubre de 2011, aún retumban los ecos que la invadieron hace más de medio siglo. La "mariposa tallada de fierro" solía recordar a su amigo en el mismo sillón donde el beatnik se sentaba(50). "Ser homosexual es una soledad muy grande", me dijo una tarde que pasamos hablando de Ginsberg.

A sus 84 años, Raquel recordaba: "Una vez me pidió que tuviera un hijo con él". En un principio pensó que le estaba gastando una broma, pero el beatnik se lo volvió a proponer cuando cruzaban la Plaza San Martín. "En serio, quiero tener un hijo contigo", le insistió mientras la tomaba del brazo.

-Me sorprendí tanto que ni contesté -solía contar la anciana poeta(51).

En la oda que le dedicara a Allen Ginsberg, publicada en el volumen Caramelo de sal, Jodorowsky le recrimina: "te metiste en mi vida de días detenidos / removiendo los cerebros de mis gusanos", para después afirmar que un hijo suyo: "Hubiera nacido con alma"(52).

El 8 de julio de 1960, Ginsberg partió del aeropuerto de Lima de regreso a la escena beat, que ahora le parecía "tan envolvente y loca". Un año más tarde volvería a dejar su país, esta vez con destino a la India. Aquel viaje le permitiría continuar con su búsqueda espiritual. En 1994, Jorge Capriata lo encontró cambiado. Ya no era el risueño barbudo de la edad de Cristo que buscaba "verle la cara a Dios", sino un viejo profeta. Aún recordaba Lima, los muros coronados con espinas y la gris palidez de nuestro cielo(53). El 5 de abril de 1997 Ginsberg haría su viaje definitivo hacia el infinito, esta vez sin Ayahuasca.

(29)  Raquel Jodorowsky (Iquique, 1927 - Lima, 2011). Poeta y pintora chilena, hermana del conocido escritor, cineasta y psicochamán Alejandro Jodorowsky. Pasó la mayor parte de su vida en Lima, donde publicó libros, se casó y tuvo un hijo. Sobre la difícil relación entre la poeta y su hermano, el autor ha publicado "Jodorowsky no está sola esta tarde", artículo que se puede encontrar en: http://letras.s5.com/rj191111.html

(30)  Walter Curonisy (Lima, 1941 - Marrakech, 2012). Poeta y actor peruano. A los 20 años trabajó junto a Raquel Jodorowsky en un show de teatro y títeres llamado "La puerta mágica", en la sala limeña Entre Nous. Fue uno de los protagonistas de la exitosa telenovela peruana "Simplemente maría". Publicó los libros de poesía: "Poema a Allen Ginsberg", "Los locos por el cielo", "El matrimonio sagrado" y "Rehenes del tiempo". Falleció el 12 de junio de 2012, en Marruecos, donde dirigía un centro cultural junto a su novia, Elvira Roca Rey. La noticia de su deceso llegó a Lima mientras se corregía este artículo.

(31)  Típica sopa rusa.

(32)  Jodorowsky, Raquel. Caramelo de sal. Lima: Edición de autor, 1977. p. 42.

(33)  El Comercio. Suplemento dominical. Nº 367. Lima, 15 de mayo de 1960.

(34)  Del Valle, Rosamel. Revista Pro Arte. 1950. np.

(35)  Curonisy, Walter. Rehenes del tiempo. Lima: Edición de autor, 2008. p. 80.

(36)  Jodorowsky, Raquel. Caramelo de sal. Lima: Edición de autor, 1977. p. 43.

(37)  Ginsberg, Allen. Reality Sandwiches. San Francisco: City Lights Books, 1963. p. 90.

(38)  Idem. p. 98.

(39)  Entrevista telefónica a Walter Curonisy. Lima, invierno de 2011.

(40)  Curonisy, Walter. Rehenes del tiempo. Lima: Edición de autor, 2008. p. 81.

(41)  Entrevista telefónica a Walter Curonisy. Lima, invierno de 2011.

(42)  Frank, Robert & Alfred Leslie. Pull my daisy. 1959.

(43)  Burroughs, William & Allen Ginsberg. The Yage Letters. San Francisco: City Lights Books, 1963. p. 57.

(44)  Michael Schumacher. St. Martin´s Press, New York. "Dharma Lion. A Critical Biography of Allen Ginsberg".

(45) (46) William Burroughs & Allen Ginsberg. City Lights Books. San Francisco, 1963. "The Yage Letters".

(47)  Michael Schumacher. "Dharma Lion. A Critical Biography of Allen Ginsberg". New York: St. Martin´s Press, 1992. p. 328.

(48)  Zavaleta, Carlos E. "La visita de Ginsberg a Lima". Revista Hueso Húmero. Vol.  32. Lima. Diciembre, 1995. P. 77.

(49)  Entrevista telefónica a Walter Curonisy. Lima, invierno de 2011.

(50)  En su ars poética, Raquel Jodorowsky se define a sí misma como una "mariposa de fierro".

(51)  La relación entre Raquel Jodorowsky y Allen Ginsberg continuaría a lo largo de varias décadas, aunque solo a través de misivas escritas en la primera página de libros que el poeta le enviaba a su amiga. En una de ellas, escrita en 1970, Ginsberg le dice a Raquel: "Pienso en ti continuamente (�) ¿Ya has viajado a Pucallpa? La selva es tan importante como las desiertas ciudades". Años más tarde el hermano de Raquel, Alejandro Jodorowsky, aprovechó que Ginsberg estaba en París para pedirle que le proporcionara la dirección de su hermana, que en ese momento cuidaba a su madre, Sara Prullansky. Según la autobiografía del famoso psicochamán, "La danza de la realidad", el poeta le facilitó la información sin ningún problema.

(52)  Jodorowsky, Raquel. Caramelo de sal. Lima: Edición de autor, 1977. p. 42.

(53)  Entrevista a Jorge Capriata. Lima, invierno de 2011.

Fin

Tomado de Vallejo & co

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