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Domingo 13 de agosto de 2017

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Cultural El Duende

Sobre el columnista y escritor del género policial en la literatura boliviana

13 ago 2017

Erika J. Rivera. La Paz. Escritora

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Segunda y última parte

Deberíamos aclararnos si las concepciones del telurismo fortalecen la democracia o la socavan, si se confrontan o se complementan, si amplían el aspecto plural o nos vuelve más autoritarios y etnocentristas o si nos permitirá lograr metas comunes como sociedad o solo servirá para construir nuevas élites.

Las columnas de Lema nos permiten ver estas propias tensiones en el autor, por lo tanto percatarnos sobre la transición histórica que nos ha tocado vivir como generación y nos invoca a no ser indiferentes ante estas reflexiones.

También me gustaría señalar que de acuerdo al Diccionario cultural boliviano (elias-blanco.blogspot.com), Gonzalo Lema Vargas también fue Concejal del Municipio de Cercado por el MAS en el 2012.

Considero que la actividad política práctica le permitió a nuestro autor enriquecer sus reflexiones filosóficas y su obra literaria.

Es un escritor que nos enseña que sí se puede hacer política y literatura al mismo tiempo y que ambas interactúan, se compenetran y enriquecen. Es posible que me equivoque, pero creo que esta es la singularidad de este personaje importante en la sociedad boliviana.

A pesar que Lema considera que el oficio de la política es ajeno a la literatura, estimo que a través de su prosa que expresa claridad, precisión y naturalidad podemos visualizar los problemas de la administración pública en las diferentes instancias institucionales.

Es decir que la obra que nos ha legado a las futuras generaciones es fiel a la tradición de los escritores preocupados por nuestro país, y que el trabajo literario de Lema se sostiene en el pilar denominado Bolivia.

Dejando de lado la prolífica obra de Lema en torno a la novelística tradicional, en este texto analizaré las obras de nuestro autor en torno a su protagonista principal, el investigador Santiago Blanco que, definitivamente, por su carácter y condición corresponde a la clase de narrativa policial o detectivesca.

Basándome en "Santiago Blanco, serie completa: Un hombre sentimental, Dime contra quién disparo, Fue por tu amor, María" (La hoguera, 2010) y "La reina del café y otros cuentos policiales" (La hoguera, 2014), considero que más allá de la temática estrictamente policial, estas obras de Lema muestran reflexiones y descripciones sobre la cotidianidad de los seres humanos, quienes nos encontramos constantemente enfrentados al sentido de nuestra existencia.

Ejes temáticos como la soledad, la tristeza, la desprotección, la lucha por la adaptabilidad y supervivencia en el mundo actual del presente boliviano se desplazan en los diferentes cuentos con personajes y problemáticas distintas, pero todo lo mencionado anteriormente es el hilo conductor del estilo de Lema.

Es decir: una introspección constante del protagonista principal entre la vida, la muerte, el amor y los recuerdos en su vida cotidiana.

Lo interesante en este autor tarijeño son los complejos desplazamientos entre las distintas figuras literarias que él va creando -todas con personalidad propia y con rasgos inconfundibles-, desplazamientos que muestran el talento narrativo de Lema.

Al mismo tiempo, estas obras tienen la capacidad de poner en evidencia dos planos distintos, pero siempre vinculados entre sí: las estructuras psíquicas internas de los protagonistas y la malla social, cada vez más enrevesada, de la sociedad cochabambina de nuestros días.

Por ejemplo, en el cuento Un hombre sentimental el detective parece un hombre calculador para negociar y mucho más cuando se trata de sus honorarios, sin embargo, él siendo un hombre simple y un funcionario más de tantos en las instituciones, resulta ser el héroe que necesitamos en el país.

Un individuo que va más allá de sus necesidades inmediatas, actuando con ecuanimidad, justicia, equidad y arriesgando su propia vida, difícil de creer en nuestra realidad cotidiana nacional. Este personaje nos Un cuento que nos llena de optimismo porque todos los funcionarios públicos deberían naturalizar sus acciones en torno a lo correcto.

En los cuentos Edificio Uribe y La luz del sol nos muestra un personaje que ha transitado biológicamente cuatro años más y que la vida le ha dado la experiencia de un cálculo más agudo a pesar de la dejadez física del personaje y la pobreza, piensa más lento pero piensa mejor. Y en La reina del café a través de nuestro héroe conocemos la introspección de un tercero: Don Jacinto.

Quien construye protecciones mentales para sobrevivir a la senectud, borrando de su mente los laberintos dolorosos de su conciencia encubierta de los meandros oscuros de su interioridad. Don Jacinto se miente a sí mismo para sobrevivir a su conciencia, pero es el tiempo quien termina haciendo salir a luz su remordimiento, enseñándonos psicoanalíticamente cómo funciona la mente humana para autoprotegerse. Un ejemplo de la autonegación o negación completa que nos arrastrará hasta la muerte.

Por todo lo expuesto, y refiriéndome concretamente a las dos obras mencionadas de nuestro autor que contienen una colección importante de sus cuentos, se puede afirmar que estas reflejan el proceso de maduración no solo de sus personajes sino de la pluma hábil de Lema para expresar una realidad con aspectos sociológicos y psicológicos como la libertad, la conciencia, el remordimiento, la ética y la corrupción.

Un autor que produce obras desde 1981 hasta el presente con un enriquecimiento de calidad, vida existencial y perseverancia, evocando en el lector múltiples respuestas emocionales, merece ser leído y continuar con su legado.

Fin

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