Los outsider, por lo que seguimos viendo, se muestran incompetentes y proclivemente corruptos para gobernar pol铆ticamente un Estado. Outsider es un t茅rmino que viene del ingl茅s y que se ha generalizado casi en todos los idiomas, e identifica de alguna manera algo que es perif茅rico a normas sociales y morales pre establecidas comunes y generales de alg煤n conglomerado humano, alguien que vive y observa a un grupo desde fuera. En econom铆a designa a un empresario que no pertenece a un c谩rtel, y en pol铆tica a aquellos que se encumbran, sin tradici贸n alguna, en los partidos pol铆ticos y que resultan en cargos de mando y poder importantes. As铆, el t茅rmino tiene varias derivaciones.
Probablemente por esa forma de colgarse o colarse en los partidos pol铆ticos, los outsider no siempre est谩n predispuestos a cumplir una racional tradici贸n normativa social. Producto de su improvisaci贸n, son proclives a errores, a imponer sus criterios en actitudes de capricho. Se creen algo as铆 como dioses; infalibles. Son incompatibles con la democracia y con frecuencia sus ideas fascistas son las que m谩s relucen. No sirven para gobernar por la incompetencia que revelan. Sus incoherencias pol铆ticas les muestran como enemigos de los derechos humanos y se caracterizan por ser m谩s totalitarios que gobiernos militares. Sean de derecha o izquierda, neoliberales o no, socialistas o no, los outsider son lo mismo. Los vemos con m谩s similitudes que coincidencias, desde que en Estados Unidos hay nuevo gobierno muy similar al nuestro.
Los outsider s铆 que saben llegar a la hora oportuna, cuando los indicadores macroecon贸micos revelan indicadores positivos, no por obra y acci贸n de ellos, sino por la gravitacional fuerza de los movimientos econ贸micos mundiales, cambio de precios y bonancibles mercados. El general Banzer, un totalitario, fue presidente del pa铆s en 茅poca bonancible pero no supo gobernar, como ahora; que antes que gobernar, el presidente Morales se ocupa de mantener un proselitismo pol铆tico con afanes prorrogistas. Eso a todas luces no revela afanes estadistas, sino acciones fuera de lo administrativo gubernamental.
La corrupci贸n tiene muchas caras, no s贸lo son los diezmos que exigen los administradores del Estado a las empresas que adjudican obras p煤blicas, o lo que el presidente Morales llama "microcorrupci贸n"; vender cargos p煤blicos a los necesitados de trabajo, o las coimas en las instituciones policiales, judiciales, educativas, en las alcald铆as, las intendencias, en fin.
La corrupci贸n est谩 por todas partes y en variadas formas, por ejemplo; los periodistas comensales de los pasillos de Palacio o las gobernaciones, las alcald铆as, los que asumen funciones p煤blicas o legislativas sin contar con la suficiente capacidad y prueba moral. Hay decenas de ex dirigentes sindicales y periodistas que fungen como "honorables", el cargo les queda como camisa de once varas, ya que revelan no estar preparados para legislar, para proyectar y elaborar leyes. Se valen del trabajo ajeno para ello, de sus asesores. Eso 驴no es una forma de corrupci贸n? 驴No es acaso una forma de corrupci贸n firmar como licenciado, sin serlo?
Corrupci贸n en sus acepciones tambi茅n significa; alteraci贸n, tergiversaci贸n, abuso, mal uso o exceso, soborno, delito, incitar o forzar a realizar actos contrarios a la moral, la ley, como sin贸nimos; depravaci贸n, cohecho, perversi贸n, descomposici贸n, hedor.
En algo tiene raz贸n el presidente Morales, que la "microcorrupci贸n", una nueva categor铆a de nombrar a esa tara por 茅l en su reuni贸n de evaluaci贸n, nos tiene metidos en la desesperanza y el desaliento.
(*) Periodista
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