Inobjetable caída de ingresos

Está confirmado que el Presupuesto General del Estado (PGE) para la gestión 2017, ha sido reprogramado con una disminución obligada debido a la caída de los ingresos por el rubro de exportación de gas natural a los mercados de Brasil y Argentina, efecto internacional que se mantendrá indefinidamente, aunque con cierta expectativa que pueda darse con un cambio en la política económica de Estados Unidos.

De todas maneras, el Presupuesto General del Estado 2017 que ha sido presentado a la Asamblea Legislativa prevé que el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y las regalías del rubro bajarán en un 23 por ciento, lo que significa restar 2.602 millones de bolivianos al presupuesto de la próxima gestión.

El punto claro es que, el valor de nuestras exportaciones de gas tienen efecto de caída en función a la relación de precios que rige internacionalmente y tiene que ver con el precio del barril de petróleo. Por lo menos de momento sin posibilidad de que se produjera un cambio sustancial en sus valores vigentes.

Para el caso nuestro y como sucede con países dependientes de la exportación de sus materias primas, la presión que ejercen las economías de poder, sean del norte, Europa o de países asiáticos, como se da en el último tiempo, tienen su efecto directo en los presupuestos programados y en las condiciones de su administración para el sostenimiento de la economía nacional.

Ya se ha visto que las consecuencias inmediatas se reflejan en una baja de la distribución porcentual de ingresos para los departamentos, donde gobernaciones y municipios deben también replantear sus presupuestos, de modo que con los recortes que se hagan, puedan cumplir las obligaciones propias de sus planes de desarrollo, sean los de orden distrital y los que corresponden a planes de la jurisdicción municipal en la ciudad.

La caída de ingresos es inobjetable, en el sentido de tener que aceptar las conversiones financieras internacionales y adaptar nuestra economía a esas circunstancias, pero tomando las previsiones del caso, que no pueden ser otras que la reducción de gastos a nivel nacional, con políticas de austeridad y buenos planes que prioricen las obras de mejoramiento vecinal, en las áreas rurales, cuanto en las ciudades, satisfaciendo la expectativa ciudadana que desea, comodidad y seguridad para vivir bien.

Mientras persista la situación financiera internacional, con un precio del barril de crudo entre 45 a 60 dólares, las cosas tienen que manejarse con mucha prudencia, encarando la proyección y ejecución de los programas que por su utilidad tengan efecto "saludable", porque el vivir bien depende de las condiciones en que la población desarrolla sus labores habituales, en el hogar y en el trabajo.

Sabiendo que la venidera gestión tendrá un recorte importante, es necesario tener anteladamente la disposición de gastos que aplicarán la Gobernación como la Municipalidad, para que la ciudadanía tenga pleno conocimiento de cómo se gastarán los recursos públicos en beneficio de la mayoría ciudadana.

Fuente: LA PATRIA