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Domingo 28 de agosto de 2016

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Cultural El Duende

Sharon Olds

28 ago 2016

Sharon Olds. San Francisco, California, 1942. Ha publicado: Satan Says (1980), The One Girl at the Boys´ Party (1983), The Dead and the Living (1984), The Gold Cell (1987), The Father (1992), The Wellspring (1996), Blood, Tin, Straw (1999), The Unswept Room (2002), Strike Sparks: Selected Poems (2004) y Stag´s Leap (2012). Obtuvo el Premio Pulitzer en 2013.

Poema para las tetas

Como otras gemelas idénticas,

se pueden

distinguir mejor en la adultez.

Una es rápida para fruncir su ceño,

su cerebro, su inteligencia ágil.

La otra

sueña dentro de una constelación,

pecas de Orión.

Nacieron cuando tenía trece,

se levantaron en mitad de mi pecho,

ahora tienen cuarenta,

sabias, generosas.

Estoy dentro de ellas

-de alguna manera, debajo de ellas,

o las llevo conmigo-,

viví tantos años sin ellas.

No puedo decir que soy ellas,

aunque sus sentimientos son casi

los míos, como con alguien

que uno ama. Ellas parecen,

para mí, un regalo que tengo que dar.

Dicen que los chicos

veneran su categoría del

ser, que por ellas

casi llegan a morir de hambre,

eso no se me escapaba,

y algunos jóvenes

las amaron de la forma en que

uno mismo quisiera ser amado.

Todo el año han estado llamando

a mi esposo que partió,

cantándole como un par de sirenas

empapadas sobre una piedra áspera.

No pueden creer que él las haya dejado,

no está en su

vocabulario, ellas -hechas

de promesas-

literalmente son como votos cumplidos.

A veces, ahora,

las tomo por un momento,

una en cada mano, viudas gemelas,

pesadas con pena.

Fueron un regalo para mí,

y entonces eran nuestras,

como infantes sedientas

de entusiasmo y abundancia.

Y ahora estamos de nuevo

en esta estación, la misma semana

en que él se mudó. ¿No les susurró:

"Espérenme aquí un año"? No.

La voz de Olds logra conectar con lectores que no están acostumbrados a leer poesía, arrastrándolos hacia zonas primordiales de la percepción y el sentimiento de un modo que resulta tan directo y elemental como profundo. Y sí, la experiencia puede resultar perturbadora, pero también liberadora. La voz de Olds penetra en la sensibilidad de quien la lee con una inmediatez poco común y en cualquier momento puede dar un giro desconcertante, que a la propia poeta no le resulta fácil de explicar. Interrogada acerca de cuál es el origen de sus versos, Olds respondió: ¿Cuál es el origen de sus versos? "En primer lugar está la danza� el baile, en su sentido primigenio� La verdad es que la poesía siempre ha estado ahí, desde que era muy niña. Dentro de mí había una voz que cantaba, y se trataba de sacarla fuera, primero llevándola al mundo de los sonidos, luego al de la página." (Eduardo lago).

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