Viernes 12 de agosto de 2016
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Uno de los males que ha traspasado las actividades en el sector público y privado es la corrupción, actitud que será siempre moralmente condenable; ya la misma palabra "corrupción" tiene la connotación negativa de destrucción de algo que se considera valioso. En muchos casos es sinónimo de "putrefacción", "disolución".
La palabra "corrupción" proviene del adjetivo corruptus, que en latÃn significa estropeado, descompuesto o destruido. Por su parte, un significado de corromper en el contexto social es sobornar, y corrupción equivale a "deterioro moral". Ni estas definiciones ni la etimologÃa latina de la palabra restringen la noción de corrupción al sector público. De modo que la corrupción también puede ocurrir en la esfera privada.
Destacadas organizaciones internacionales adoptan una definición igualmente incluyente de corrupción. La Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Crimen subraya que la corrupción "puede ocurrir en los dominios público y privado". Su Programa Global contra la Corrupción define la corrupción como el "abuso del poder para beneficio privado" e incluye al sector público y al privado´. En forma similar, el Banco Mundial no considera que la corrupción se limite al sector público y ha identificado varios casos de corrupción entre corporaciones privadas. Para Transparencia Internacional, la corrupción se define operativamente como "el mal uso del poder otorgado para beneficio privado". Esta definición también incluye a los individuos de los sectores privado y público.
