Loading...
Invitado


Sábado 10 de abril de 2010

Portada Principal
Revista Tu Espacio

Rincones de mi Tierra

La estación de ferrocarril: esperanzas y nostalgias

10 abr 2010

Fuente: LA PATRIA

Por: Mauricio Cazorla Murillo – exclusivo para Tu espacio

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

El 15 de mayo del año 1892, es considerado para nuestra tierra un hito histórico: el ingreso del ferrocarril a Bolivia de Antofagasta a Oruro, punto geográfico que fue el inicio de la conexión ferroviaria a la parte occidental en los primeros años del siglo XX. La ciudad luego de la guerra de la Independencia se sumió en completo abandono, el acceso a las vías de acero del ferrocarril le dieron una nueva esperanza al desarrollo coincidiendo con la era del estaño que permitía darle a Oruro una nueva oportunidad.

El preámbulo nos orienta a uno de los espacios más característicos de la ciudad: la estación de trenes que otorgó en un tiempo anterior el título de Capital del Ferrocarril, por sus conexiones con otros distritos del país como Cochabamba, La Paz, Potosí, Sucre y Villazón. La Estación se convirtió en un espacio de conglomerado de gente que se apostaba en sus andenes para tomar el expreso, el pullman o el ferrobús. Aún nuestra generación guarda el recuerdo del sonido de la locomotora a diesel de color verde que transportaba los coches de carga o aquella de color naranja que transportaban los coches rojos y amarillo de pasajeros; los ferrobuses de color azul y plateado, con sus conductores de fino vestir y gorra característica cuyo silbato era reconocible a mucha distancia. Sin embargo, tenemos suerte aquellos que conocimos las locomotoras de vapor cuyo sonido intimidante de la caldera de carbón y el silbato era escuchado en toda la ciudad.

El andén evoca despedidas, particularmente en la época beligerante de los años treinta entre Bolivia y Paraguay. Batallones de jóvenes soldados correctamente uniformados, marchando por la calle Bolívar en dirección a la Estación a los sones de música, vítores de la gente, papel picado de los balcones hasta embarcarse en los vagones del tren que concentraba tropas de Cochabamba, La Paz y Oruro. El sonido de la locomotora que anunciaba el viaje se confundía con las escenas de despedida de la madre, la hermana, la novia, la hija o de las madrinas de guerra que colocaban “detentes” en los pechos de sus ahijados, las de amargura fueron las más, incluyendo la espera del ferrocarril que traía a los heridos o las noticias de quienes estuvieron al “frente”. Las familias se concentraban en el ferrocarril para conocer noticias de primera mano de quienes llegaban en los vagones: unos mutilados, otros ciegos, pero todos con la mala experiencia de una guerra, en contraste con el vivo entusiasmo de la partida.

Los años transcurrieron y el tañido de la campana del andén continuaba anunciando la partida de un tren, transportando esperanzas entre sus pasajeros o enviando encomiendas, pero siempre con la añoranza de volver a pisar el andén de la Estación.

En la actualidad, el servicio se limitó hacia Villazón, sin dejar de tener el atractivo de antaño, las comodidades son mayores, aunque el acceso ya es reducido de quienes puedan optar por un romántico viaje en ferrocarril, son añoranzas que encierra la estación de trenes entre aquellos espacios destacados de los Rincones de mi Tierra.

Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos: