Aprobar el estatuto autonómico, sí o no

La aprobación del Estatuto Autonómico Departamental conlleva una gran responsabilidad y admite asumir de manera plena el ejercicio democrático ciudadano consagrado en la Constitución Política del Estado, instrumento que regula, norma y hasta preserva nuestra vida democrática y los derechos y libertades constitucionales.

Empero no se trata de aprobar por aprobar o estar de acuerdo con lo que dice esta normativa institucional básica de las entidades territoriales autónomas y de los gobiernos autónomos departamentales, que se constituye en el instrumento que fija reglas de juego para cada región, jurisdicción o zona departamental reconocido y al amparo de la Carta Magna como parte integrante del ordenamiento jurídico nacional.

El Estatuto Autonómico establecerá la institucionalidad de nuestra comunidad autónoma, así como declarar sus competencias a través de leyes orgánicas sui géneris, redactadas aplicando un procedimiento específico al que se someten constitucionalmente para tener un lugar de privilegio en nuestro cotidiano vivir en el departamento.

Así, una vez que se apruebe el Estatuto Autonómico Departamental de Oruro, este instrumento se denominará el Estatuto de Oruro y se convertirá en la norma institucional básica de una nueva Comunidad Autónoma, plenamente reconocida por la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia y en consecuencia regirá la vida autónoma de los orureños, que se plasmará en la nueva normativa. Si no se aprueba habrá que trabajar durante los 120 días próximos para modificar y presentar nuevamente para su revisión y aprobación, para que luego se convoque a un nuevo referéndum para su aprobación.

En el caso concreto de Oruro si no aprueba el Estatuto de Autonomía, seguiremos dependiendo como hasta ahora del nivel central, vale decir del Poder Central, puesto que nuestra economía tampoco nos permite avanzar hacia una plena autonomía por los reducidos ingresos que tenemos, los pocos impuestos que se recaudan y las regalías que son cada vez menos por la política centralista del Estado.

Casos concretos los podemos mencionar. La ausencia de una política minero metalúrgica, pone en desventaja a Oruro, porque la única empresa considerada "Principal Contribuyente" (PRICO) para Impuestos Nacionales, la Empresa Metalúrgica Vinto ahora depende de la gubernamental Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y pagará sus impuestos en La Paz, haciendo que los ingresos que generaba Oruro por este concepto se reduzcan hasta en más del 30%, lo que supone una sangría a la región. Si a eso sumamos la paralización de las operaciones mineras de la empresa Inti Raymi, por cierre de operaciones, no hay ingresos por regalías mineras para la Gobernación y más allá tampoco se tiene un proyecto minero que nos permita avanzar y garantizar nuestros propios ingresos. Así la diversificación de la minería y metalurgia no llega y más bien se ve tan lejana esta actividad, pese a ser Oruro junto a Potosí una zona esencialmente minera y ambas otorgado siempre el sostén de la economía nacional como país mono productor, solamente minero, puesto que recién hace menos de una década se tienen los beneficios del petróleo.

Si en el referéndum se aprueba con el sí el Estatuto Autonómico Departamental de Oruro de todas formas se tendrá que introducir importantes modificaciones y reformas, porque esta norma que regirá la vida departamental, no cuenta con una definición concreta de la región que queremos construir, como será la visión de futuro y qué esperamos hacer de Oruro en los próximos 50 años.

Como ejemplo el Estatuto de Cochabamba establece una Visión Estratégica de Desarrollo Departamental, que fija a esa zona geográfica, Cochabamba como el corazón de Bolivia y Sudamérica, en el marco del desarrollo del Estado Plurinacional es dentro de integración, propugna la construcción de un departamento industrializado con ciencia y tecnología, integrado, social, económica y geográficamente, con regiones productivas, auto sostenibles, saludables, complementarias, igualdad social, pluralidad, interculturalidad e igualdad de oportunidades y una vida armónica entre sus habitantes y la Madre Tierra, para vivir Bien.

El Estatuto de Oruro hace simple referencia y es más bien un recuento de lo que se tiene y se deja las tareas fundamentales para la "nueva administración y legislación" que tienen que encargarse de elaborar, redactar y proponer iniciativas tendientes a lograr lo que se requiere para alcanzar un desarrollo productivo. Sin contar con una línea maestra de acción ni alternativas que permitan garantizar el futuro crecimiento sustentable y sostenido del departamento.

Por último si los Estatutos de Autonomía se aprueban mediante ley orgánica, no significa que se trate de una norma con esa naturaleza, por lo que fueron sometidos a control de constitucionalidad para evitar que se antepongan a los dictados de la Carta Magna, lo que establece la existencia de un procedimiento específico de reforma en el propio Estatuto de Autonomía que debe ser llevado a cabo por sus legisladores departamentales, así las futuras las leyes y demás normas y actos autonómicos deben, pues, respetar el correspondiente Estatuto, que fija las grandes líneas estructurales del ordenamiento jurídico de cada Comunidad Autónoma. El votar por el sí o el no es de una decisión privativa de cada quien y ojalá la sabiduría de la ciudadanía se imponga para garantizar un futuro desarrollo sostenido a la región, lejos de la actitud partidaria que pretende demostrar una fortaleza que se derrumba por el accionar inoperante de las propias autoridades.

(*) Periodista