Sábado 22 de febrero de 2014
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Vivimos una época donde proliferan instituciones y personajes que creen poseer absolutamente la razón y no necesitan contrastar visiones mediante la deliberación, la participación o el acuerdo social y la reflexión, mientras la ciencia y la tecnología avanzan a pasos gigantescos en este mundo globalizado, aunque la realidad educativa en nuestro Estado Plurinacional se encuentra en una situación de aprieto en este proceso de transformación, debido a la influencia de modelos educativos neoliberales vigentes en nuestro sistema, cuyas característica son ajenos a nuestra realidad económica, socio-cultural y, ocasionan problemas sociales en nuestro país.
La educación moderna debe consolidar una democracia formal y verdadera y poner fin a las estructuras neoliberales vigentes en nuestro Estado Plurinacional, pues la sociedad industrial moderna es cada vez más irracional y totalitario, por tanto su pomposa racionalidad que propugna es la eficiencia y el crecimiento sin la armonía y coordinación con la Madre Tierra (naturaleza), es en sí misma irracional que afecta la vida del medio ambiente.
El modernismo encierra una estrategia de distanciamiento de la naturaleza y de la cultura, de las tendencias con base biológica o primitiva y de lo que se concibe como creencias supersticiosas. Es una estrategia autoestructurada de desarrollo continuo en la que la racionalidad abstracta reemplaza a otras formas más concretas de acción humana (Jonathan Friedman, 1992).
