En conciencia, aplacar pasiones y respetar la voluntad del pueblo

Los hechos producidos luego del anuncio de resultados electorales al 83% mostraban claramente la posibilidad de una segunda vuelta y que luego de un paréntesis inexplicable dispuesto por el TSE, luego de estar en pleno recuento de actas, ese Tribunal decidió retomar el recuento después de horas de suspensión y dar a conocer nuevos resultados pero favorables al candidato oficial, dieron lugar a que se produzcan reacciones airadas en todo el país, que en las nueve capitales expresaron condenas y críticas tanto al gobierno como al organismo electoral.

Los extremos vividos son muestra de la indignación y hasta despertar de pasiones contrarias a la convivencia, la armonía y el respeto que debe reinar en el pueblo que ha condenado tanto al gobierno como al TSE por haber permitido, al parecer, la alteración de la voluntad popular mostrando resultados contrarios a la verdad. Se ha hablado varias veces sobre "indicios", palabra cuyo significado no es simplemente sospecha ni suposición ni muestra de "cantidad pequeñísima de algo, que no acaba de manifestarse como mensurable o significativa", según el Diccionario de la Academia de la Lengua. Se trata, pues, de certezas de lo ocurrido y no de sospechas o indicios de que haya pasado.

Lo ocurrido sería prueba de que el TSE no ha cumplido debida, honesta y responsablemente sus deberes de servicio, conducta que al parecer se tradujo, claramente, en obediencia a dictados del gobierno y su partido para permitir la alteración de resultados para que sean favorables a la candidatura de reelección.

Ahora, ante el desencadenamiento de extremos con protestas furiosas y airadas, expresiones contrarias al gobierno y al TSE, especialmente por las maletas electorales depositadas en domicilios y vehículos particulares cuando las cortes poseen grandes espacios en sus edificios, la ciudadanía muestra disposición de no reconocer a quienes hayan sido elegidas inconstitucionalmente y en forma contraria a la voluntad ciudadana que se ha visto defraudada por conductas ajenas a la moral, la Constitución y las leyes, puesto que inclusive la OEA, que representa el sentir de los países del continente, expresó su extrañeza por la "suspensión del recuento y mostrar, mucho después, resultados favorables al candidato oficial".

El gobierno, conjuntamente el TSE, tiene la obligación moral de convocar a la colectividad a la serenidad, aplacar los ánimos y conseguir la pacificación. No cabe en circunstancias tan difíciles y complejas, que los extremos persistan, que haya división en la familia boliviana que no debe ser parte de conflictos y discrepancias que impliquen división y enfrentamientos peligrosos. Corresponde a todos conseguir que la tranquilidad y armonía retornen a todo el país que ha mostrado sus sentimientos de repudio y rechazo a los hechos contrarios a la Carta Magna y las leyes.

Por su parte, es el gobierno, con la debida serenidad, responsabilidad y reconocimiento de los yerros cometidos, el que debe convocar a la pacificación, la unidad y la armonía entre todos mostrando, además, su disposición y voluntad para corregir lo malo y proponerse, en conciencia, un servicio limpio y transparente a la causa democrática; de otro modo, siempre surgirá el peligro de un agravamiento de los extremos que por todos los medios deben evitarse.

Los momentos son críticos y preocupantes y no caben las posiciones de soberbia que casi siempre alientan extremos cuyas consecuencias empañan los valores colectivos. Un examen de conciencia dará lugar a un llamado a la paz y la armonía, a un logro de la unidad en aras de los intereses de la nación y será, al final, una lección para niños y jóvenes, con miras a las generaciones futuras para que tomen conciencia sobre los valores de vivir en libertad, justicia y unidad.