Los extremos vividos son muestra de la indignación y hasta despertar de pasiones contrarias a la convivencia, la armonÃa y el respeto que debe reinar en el pueblo que ha condenado tanto al gobierno como al TSE por haber permitido, al parecer, la alteración de la voluntad popular mostrando resultados contrarios a la verdad. Se ha hablado varias veces sobre "indicios", palabra cuyo significado no es simplemente sospecha ni suposición ni muestra de "cantidad pequeñÃsima de algo, que no acaba de manifestarse como mensurable o significativa", según el Diccionario de la Academia de la Lengua. Se trata, pues, de certezas de lo ocurrido y no de sospechas o indicios de que haya pasado.
Los extremos vividos son muestra de la indignación y hasta despertar de pasiones contrarias a la convivencia, la armonÃa y el respeto que debe reinar en el pueblo que ha condenado tanto al gobierno como al TSE por haber permitido, al parecer, la alteración de la voluntad popular mostrando resultados contrarios a la verdad. Se ha hablado varias veces sobre "indicios", palabra cuyo significado no es simplemente sospecha ni suposición ni muestra de "cantidad pequeñÃsima de algo, que no acaba de manifestarse como mensurable o significativa", según el Diccionario de la Academia de la Lengua. Se trata, pues, de certezas de lo ocurrido y no de sospechas o indicios de que haya pasado.
Lo ocurrido serÃa prueba de que el TSE no ha cumplido debida, honesta y responsablemente sus deberes de servicio, conducta que al parecer se tradujo, claramente, en obediencia a dictados del gobierno y su partido para permitir la alteración de resultados para que sean favorables a la candidatura de reelección.
El gobierno, conjuntamente el TSE, tiene la obligación moral de convocar a la colectividad a la serenidad, aplacar los ánimos y conseguir la pacificación. No cabe en circunstancias tan difÃciles y complejas, que los extremos persistan, que haya división en la familia boliviana que no debe ser parte de conflictos y discrepancias que impliquen división y enfrentamientos peligrosos. Corresponde a todos conseguir que la tranquilidad y armonÃa retornen a todo el paÃs que ha mostrado sus sentimientos de repudio y rechazo a los hechos contrarios a la Carta Magna y las leyes.
Por su parte, es el gobierno, con la debida serenidad, responsabilidad y reconocimiento de los yerros cometidos, el que debe convocar a la pacificación, la unidad y la armonÃa entre todos mostrando, además, su disposición y voluntad para corregir lo malo y proponerse, en conciencia, un servicio limpio y transparente a la causa democrática; de otro modo, siempre surgirá el peligro de un agravamiento de los extremos que por todos los medios deben evitarse.
Los momentos son crÃticos y preocupantes y no caben las posiciones de soberbia que casi siempre alientan extremos cuyas consecuencias empañan los valores colectivos. Un examen de conciencia dará lugar a un llamado a la paz y la armonÃa, a un logro de la unidad en aras de los intereses de la nación y será, al final, una lección para niños y jóvenes, con miras a las generaciones futuras para que tomen conciencia sobre los valores de vivir en libertad, justicia y unidad.
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