El antídoto a la prendería usada, la prendería usada

Es consenso entre los especialistas que la importación de prendería usada afecta al desarrollo de la micro y pequeña empresa dedicada a la confección de prendas de vestir. Esta situación, sin embargo, no está provocada exclusivamente por la importación de prendería usada, sino a un conjunto de factores que tienen que ver con la política económica que durante los últimos 14 años ha desarrollado el actual Gobierno. Entre estos factores destacan la política monetaria (tipo de cambio), rigidez de la política laboral, prestaciones sociales extraordinarias (doble aguinaldo), acuerdos comerciales internacionales ideologizados (restricción de mercados), política tributaria regresiva, control aduanero ineficiente (la importación de prendería usada está prohibida), ausencia de eficientes políticas y mecanismos de apoyo al desarrollo del sector (recursos humanos, tecnología, investigación de mercados y mercadeo, financiamiento, etc.).

Lo cierto es que, dado el ambiente económico dibujado por los factores enumerados anteriormente, la situación de la pequeña y microempresa de prendas de vestir es delicada, compleja y de carácter multisectorial, por lo que sus posibilidades de desarrollo requieren modificaciones radicales en toda la política económica del gobierno. Para revertir la delicada situación de este sector, entonces, no es suficiente ni condición exclusiva eliminar la comercialización de la prendería usada.

Por otra parte, en el ámbito social, el dilema entre prendería usada y micro y pequeña industria se torna más delicado, debido a que la primera actividad ocupa a un importante porcentaje de la mano de obra del sector informal; sector que, de acuerdo a estadísticas oficiales, ocupa al 80% de la mano de obra. La eliminación inmediata de la comercialización de prendería usada implica, entonces, un enorme problema de orden social, un "despido" de sus propias fuentes de subsistencia; sin considerar el impacto generado en el público consumidor de estos productos (sectores de bajos y medianos ingresos) que se verían afectados por el encarecimiento de las prendas de vestir, ante la reducción de oferta de los mismos, con implicaciones obvias en el IPC (índice de precios al consumidor) y canasta familiar.

Como en el reverso de una misma hoja, de mantenerse la comercialización de prendería usada, sumada al amenazante entorno económico descrito anteriormente, la micro y pequeña industria del sector tiene escasas posibilidades de superar su crisis y menos desarrollarse, amenazando la construcción de un sólido aparato productivo, basado entre otros, por el sector manufacturero. Dejar las cosas como están es hipotecar el futuro.

Como es irracional dejar agonizante a la pequeña y micro industria, es, también, irracional dejar sin fuente de subsistencia a miles de comerciantes de prendería usada, agravada por su imposibilidad de migrar a otros sectores debido a la escases de empleo en el mercado. Por ello, en el marco de un plan multisectorial, cuyo propósito es la superación de la delicada situación de la micro y pequeña empresa y su posterior desarrollo, un requisito básico es considerar a ambas actividades como sinérgicas (acción de dos o más causas que generan un efecto superior al que se conseguiría con la suma de los efectos individuales).

Una restricción, que se acentuará en el futuro inmediato, para el desarrollo de la micro y pequeña empresa es la disponibilidad de recursos económicos suficientes para apalancar planes, programas y proyectos con el objeto señalado. La importación de prendería usada, debidamente legalizada, de acuerdo a varios informes, dejaría recursos suficientes por concepto de aranceles para este propósito. Una condición ineludible, es que la recaudación arancelaria por concepto de importación de prendería usada sea destinada exclusivamente al plan multisectorial de desarrollo de la micro y pequeña empresa del sector textil.

Ambos actores, micro y pequeños empresarios y comerciantes de prendería usada, elevarían su capacidad de incidencia ante el gobierno, este u otro, para introducir los cambios necesarios en la política económica del Estado Plurinacional de Bolivia.

Como una verdadera política de desarrollo de la micro y pequeña empresa textil requiere, dada su complejidad, de unos 5 o 10 años, ese es el tiempo en el que los comerciantes de prendería usada se acomodarán gradualmente a los ajustes del mercado; ajustes provocados por la mayor competitividad alcanzada por los productores nacionales, como efecto, precisamente, de la aplicación del plan de desarrollo de la micro y pequeña empresa del sector textil. De ese modo se evitaría una virtual "masacre blanca" a miles de comerciantes de prendería usada.

¿Desaparecerá el comercio de prendería usada con la aplicación del mencionado plan? no sabemos, algunos especialistas aseguran, incluso, que no es deseable; pero, si el gobierno atiende con rigor técnico y responsabilidad social el tema, dejando la política prebendal que ha caracterizado la gestión de gobierno del Presidente Morales durante estos 14 años, habremos logrado los que interesa a todos los bolivianos: construir una sólida actividad productiva, sustentable en términos económicos y sociales.

Se trata, finalmente, de apalancar el desarrollo de la micro y pequeña empresa del sector textil con los recursos financieros, sociales y políticos del comercio de prendería usada. Si la prendería usada es el virus que afecta a la producción nacional, el antídoto es la prendería usada.

MIEMBRO DEL GRUPO DE TRABAJO ORURO Y DEL OBSERVATORIO CIUDADANO