Los procesos de cambio establecidos en nuestro sistema Educativo Plurinacional, serán significativos si tienen la virtud de ingresar al aula, de transformar la actividad pedagógica en el aula. La educación no ha logrado romper totalmente con los esquemas tradicionales de una educación repetitiva y cognoscitiva que privilegia aún la memoria. Todo esfuerzo se quedó en el papel de la planificación y las buenas intenciones de entregar a nuestra niñez y juventud los elementos para su liberación: Desarrollo de intelecto y desarrollo de personalidad a la par del desarrollo de la capacidad de razonamiento y de la acción productiva.
Nuestra sociedad de alguna forma ha perdido credibilidad en el sistema educativo y ahora nos toca enfrentar su cuestionamiento, es que los procesos de cambio no han llegado al aula, allí donde más se lo necesita.
La educación en el ámbito urbano es compleja, porque durante mucho tiempo lo único que hicimos fue llevar los contenidos de una educación repetitiva sin siquiera pensar en su adaptación a un contexto distinto, a un sentir y pensar distintos. La educación debe estar necesariamente ligada a los procesos de producción y la administración de los recursos regionales, los que son cambiantes de una otra región, por tanto es necesario dejar de pensar en una educación única y homogénea, es necesario pensar en una educación diversa y flexible.
La educación debe ingresar ahora en la pedagogía de la producción, de la producción en comunidad. La comunidad es la relación vital en la construcción social de hombre boliviano y en especial del hombre del ámbito urbano, es necesario incorporarla en los procesos educativos. La sabiduría de los padres en los sistemas productivos tiene que ser parte de la curricula de educativa es por este motivo que se debe intentar conseguir una alianza entre los educadores y los padres de familia.
La educación tiene que incorporar tecnología, sistemas de administración y de mejora productiva, tiene que asumir el papel de nexo entre los dos mundos, el urbano y el rural. Debe asumir el reto de esa nueva conexión.
La educación ha perdido credibilidad porque todo lo que en ella se enseña en el instante de pensar en su ubicación futura el estudiante, debe elegir entre el desalumbramiento de un mundo tecnologizado, sofisticado al que puede alcanzar solo migrando y poblando y repoblando las ciudades (migración campo ciudad) en la creencia que la calidad de vida está en el confort urbano. Pero la realidad es otra, están por otra parte la familia, sus costumbres, su tierra, su campo y es ahí cuando decide quedarse y continuar con ese apego a su tierra y llega a palpar que la educación que los doce años de permanencia en la escuela no sirvieron de mucho porque: la historia solo le dio datos de una nación lejana, que las matemáticas a la hora de la verdad van a resolver construcciones complejas menos las que realmente necesita para transformar su habitat, que las artes le hablaron de Van Gogh o de Pollock, pero no le ayudaron a mejorar su estética personal o la de su entorno, que las ciencias sociales le mostraron complejos sistemas ideológicos pero no resolvieron los sistemas simples de convivencia comunitaria en los que se desenvuelve. Si esto ocurre en la realidad como pensar que el hombre pueda confiar en la educación, "solo hasta primaria es útil", es lo que muchos sostienen.
(*) Licenciada en Ciencias de la Educación
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