Una reciente información refiere que la Aduana Nacional de Bolivia (ANB) logró en los dos primeros meses del año en curso una recaudación de 333 millones de bolivianos más que en el mismo periodo del año pasado 2011, este hecho es el resultado de un mayor control que está ejerciendo la entidad recaudadora de manera particular en los puntos fronterizos.
Otra referencia alude a la recaudación general de la gestión pasada que en dos meses logró 1.289 millones de bolivianos, mientras que en la actualidad esa recaudación se elevó a 1.622 millones, mostrando el superávit financiero de los 333 millones de bolivianos.
La implementación de servicios especiales en puestos de aduana integrados como sucede en retenes conjuntos con Chile o en la situación de los controles aeroportuarios, donde se han modernizado los servicios y agilizado las operaciones, son un logro importante y se traducen en mejores ingresos directos para la ANB.
Al margen se menciona también una sustancial mejora en la actividad del Control Operativo Aduanero (COA), cuyos efectivos han dado duros golpes a los contrabandistas mediante operativos en carreteras, incautando o decomisando grandes cantidades de mercadería suntuaria, especialmente de la línea blanca que en la actualidad se encuentra en depósitos aduaneros para su valuación y su posterior devolución o en su caso el remate de ley.
Así como se muestran esas facetas interesantes en la actividad de la Aduana donde se recaudan mayores sumas de dinero para el Estado se entiende que las mismas también disminuyen ostensiblemente las ganancias ilícitas de los contrabandistas, sin embargo, todavía se observa una gran cantidad de productos que ingresando subrepticiamente al país siguen abarrotando los puestos de variada mercadería en las ferias y en “galerías” especiales donde casi la totalidad de productos son de contrabando.
La situación entonces tiene sus peculiaridades en el contexto de la actividad comercial del país, por un lado el control aduanero alcanza mejor recaudación en beneficio de las arcas del Estado, lo que por supuesto satisface al sector oficial, mientras que por otro el comercio legalmente establecido y la industria nacional siguen soportando la abierta competencia del comercio informal que se nutre exclusivamente del contrabando, que además evade el pago de impuestos por la vía legal a través del SIN.
Hay que rescatar lo más favorable de esta situación y en ese cometido vale la pena evaluar fríamente donde apunta con mayor efectividad la tarea aduanera que sube sus recaudaciones en base a mejor control aduanero en fronteras, pero al mismo tiempo mantiene cierta tolerancia con una corriente de contrabando que sigue transponiendo fronteras y controles para saturar los puestos de mercados y otros negocios típicamente de contrabando, sin ejercer ninguna presión para suspender tales operaciones.
Que mejoren las recaudaciones aduaneras es una buena noticia para el sistema, pero sería mucho más exitosa esa tarea si además se liquidan los focos de contrabando que todavía funcionan y tienen enormes depósitos en las ciudades desde donde abastecen al sistema de comercio ilegal, informal y por lógica consecuencia evasor.
Fuente: La Patria
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