La construcción de los nuevos ambientes de la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Hospital General “San Juan de Dios” está paralizada desde hace dos años y no hay autoridad que se preocupe sobre la necesidad de concretar ese proyecto.
Nuestro matutino estuvo ayer en el mencionado lugar y observó el abandono que existe en la obra, sólo son ladrillos que hacen de esa edificación un sitio sin uso porque no hay nada más que configure una obra en marcha. En el interior, si se le puede llamar así, existe sólo tierra, arbustos, hierbas, alguna base que se intentó construir y material de construcción, más ladrillos y vigas que se deterioran con el paso del tiempo.
El personal de la UTI está preocupado por la paralización de la obra y ayer fue manifestada esa posición por el jefe de dicho servicio, Freddy Baltazar, quien indicó que la obra no avanzó desde hace dos años y se la dejó en el olvido.
“Las autoridades se olvidaron, primero porque según ellos no había dinero, se acabó el dinero y los contratistas se fueron, dejaron el material que con el transcurso del tiempo se fue perdiendo, las maderas se fueron robando, se robaron clavos, alambres, nos han dejado desmantelado y el material se está deteriorando”, explicó.
Baltazar explicó que las autoridades manifestaron que el hospital pasará a depender de la Gobernación, por lo que ellos deben terminar esa labor. Añadió que están a la espera de la transferencia de la Alcaldía hacia la Gobernación.
“Lo que falta en el ambiente es hacer el tinglado, hacer las divisiones en UTI de acuerdo a planos y hacer el piso. De acuerdo a los contratistas que se fueron, el tiempo máximo para que se termine la obra era de un mes y medio, y ya son dos años. La obra tenía que ser terminada por la Alcaldía, se hizo los trámites correspondientes y al final se dijo que se había hecho con dinero extra y no hay el dinero y la obra se paralizó”, señaló.
El profesional indicó que se enviaron varias cartas de reclamo, entre las últimas, estuvo una dirigida hace tres semanas a la Gobernación, como al Ministerio de Salud, pero no se recibió respuesta alguna.
Reiteró que a más de solicitar que se concluya la obra no pueden hacer más, ya que tampoco reciben la ayuda de las autoridades, “mandamos cartas, hablamos con todos pero nadie nos hace caso, parece que no hay mucha fuerza, por eso necesitamos que alguien más nos respalde y pueda mover a las autoridades para que esta unidad se acabe”.
Actualmente UTI tiene tres camas y no son suficientes para abastecer la demanda, pero si se tuviera el nuevo ambiente, se habilitarían los equipos que están guardados, no se deteriorarían y sería una de las mejores salas de terapia intensiva de Oruro según Baltazar, quien además dijo que se tienen los especialistas y el personal entrenado que trabaja más de diez años.
DIRECTOR
Al respecto, el director del nosocomio, Ponciano Jiménez, indicó que se tuvo una respuesta negativa del municipio la gestión 2010, durante la gestión del alcalde, Edgar Bazán.
“Estaba contratada una empresa y hubo cambios en la Alcaldía, entra la licenciada Pimentel, le mandamos una nota para que continúe ese trabajo, además que no era el 100 por cien de presupuesto del municipio, sino que estaba coadyuvando el hospital, entonces nos indicaba que deberíamos de disponer de fondos para que la construcción concluya, la respuesta nunca llegó de la licenciada Pimentel”, explicó.
Jiménez dijo que se insistió en la petición, se evaluó la obra y los técnicos les señalaron que la construcción es mala, por lo tanto no se podía continuar.
La autoridad reconoció que la obra está abandonada y se busca la forma de resolver el problema, para ello dijo que se efectúan gestiones para tener un resultado.
La obra tiene un costo de 300 mil bolivianos aproximadamente y el Hospital General debía gastar 160 mil bolivianos, mientras que el Municipio estaba a cargo de la cancelación al personal y la compra de material de construcción.
Fuente: La Patria
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