29 de febrero, un día especial como cualquier día del año

De acuerdo con los datos universalmente conocidos, debemos corregir nuestro calendario mediante la adición de un día más a los habituales 365 del año. Esta corrección se realiza porque en realidad la Tierra requiere de 365 días más un cuarto de día por cada año, para volver al mismo punto de partida. Entonces, como no se puede corregir por fracciones de día, se hace necesario sumar varios cuartos, en este caso cuatro, para completar un día entero y por tanto añadirlo en algún momento a lo largo del cuarto año. Se escogió el mes de febrero porque es el que menos días tiene. Así aparece éste 2012 con 29 días.

En verdad, nuestro calendario es hasta gracioso, podríamos decir, ya que contiene números muy arbitrarios para ser realmente un medidor de tiempo universal: meses con 28, 30 y 31 días, donde no es fácil llevar la cuenta.

Cada cultura ha merecido de los suyos, habitantes posteriores de aquellas tierras, por orgullo nacional, una permanente y resonante publicidad, aunque sin mayores merecimientos en muchos casos.

Los bolivianos, hasta hoy no tenemos mucho de qué enorgullecernos al respecto. Las reliquias contenidas en nuestro territorio, por falta de un mejor estudio, no han dado luces acerca del dominio del tiempo a través de sus culturas. El único y sobresaliente acontecimiento ha sido el día del solsticio de invierno, mejor conocido como el día del año nuevo aymara, el 21 de junio de cada año. Comprenderán que se trata de un día que mezcla las tradiciones ancestrales con otra tradición, no tan ancestral, de un calendario traído por los españoles y luego universalizado no con pocas disputas en el concierto mundial, como es el calendario gregoriano. Los templos y reliquias que se utilizan ese día están también nítidamente ubicados en los centros ceremoniales empleados: las ruinas de Tiahuanacu.

Partiremos de una noticia primicial: un estudio científico, recientemente realizado en la ciudad de Oruro, ha generado información respecto al calendario tiahuanacota y también acerca de sistema horario utilizado. Se han decodificado los secretos de la Puerta del Sol de Tiahuanacu y se asegura que los tiahuanacotas conocían los datos del tiempo con precisión inusual, tanto anual como diurna, convirtiéndose en los inventores del primer y único reloj-calendario ancestral del mundo.

Esta noticia de seguro que habrá de conmover a toda la sociedad boliviana, en especial a la orureña por tratarse de un hito histórico que la pondrá en las primeras páginas de toda la prensa mundial: en Oruro se revelaron los secretos de la Puerta del Sol de Tiahuanacu.

Sin embargo, divulgar esta noticia no es tan fácil, se requiere conocer previamente el tipo de respuesta que tendría la sociedad boliviana, por lo que anticipamos algunas preguntas:

¿Quiénes fueron los que descubrieron éstos secretos, son bolivianos o extranjeros?

¿Qué valor tiene ésta revelación para exacerbar el orgullo nacional?

¿Estamos en condiciones de modificar nuestras tradiciones, impuestas por una secular ritualidad y misticismo, si el mensaje nos diera pautas diferentes?

¿No es mejor dejar las cosas como están, el turismo alrededor de las ruinas tiene mayor impacto mientras más enigmáticas sean éstas?

El tiempo durante el día 29 de febrero, como cualquier día especial dentro de todo año bisiesto, discurrirá con normalidad, del mismo modo que lo hará los días 21 de junio o 21 de diciembre del año en curso: sin mayores cambios significativos, como cualquier día de año. No obstante, por ser días muy importantes para nuestras culturas actuales que tienen conexión espacial y temporal con las culturas ancestrales, seguro que intentaremos buscar las respuestas a aquellas preguntas y luego disfrutaremos de un merecido premio por ser los orgullosos guardianes de una de las reliquias más importantes del mundo.

(*) Docente Universitario