La sociedad orureña del año 1887 al fundarse el Club Oruro
26 feb 2012
Fuente: La Patria
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Un tributo a los 125 años de vida institucional del querido Club Social Oruro, es rendir homenaje de amor y gratitud a quienes desde hace más de un siglo, con visionaria pasión, impulsaron la creación y fundaron una entidad que ahora es orgullo de todos los orureños.
Muchas personas pasaron por el Club Oruro. Varios ciudadanos son socios y, los más, siempre tienen como referente a esta entidad que cobija en su seno a propios y extraños, y a quienes se sienten atraídos por esta noble tierra que es cobijo y albergue para todos los que vienen con la crispación del trabajo y con la mano amiga que es cálida con el cariño que se profesa, como una clara muestra de la gran estirpe orureña.
El periodista, escritor y literato orureño del siglo pasado, conocido con el seudónimo de “Cucufate”, don Enrique Zevallos Antezana, en ocasión de la celebración de las Bodas de Diamante de nuestra institución el año 1962, en su libro “Historia del Club Social Oruro”, afirma: “En el último cuarto de siglo XVIII flotaba un ambiente de sociabilidad. En las capas superiores se abrían cauces a la vida solidaria. Oruro ya educaba un espíritu universalista. Había un elevado concepto de la amistad y de la familia. Unidos en la causa única del patriotismo, el vínculo era vigoroso y no podía deshacerse en las simplezas de una discrepancia. El goce de una vida tranquila, ya no se admitía que el inmigrante sea un extranjero. Y este noble sentimiento subsiste. Lo prueba el hecho de que siempre regresen los extranjeros que conviven una década en esta sociedad. Las relaciones de una manera natural pugnaban por estrecharse. Nació la idea de fundar un club social. Estaba en la mente de los caballeros que alimentaban ideas fraternas, del común provecho espiritual, de una mayor superación, buscando rendimientos para la cultura de sus hijos”.
SE FUNDA EL CLUB ORURO
Las sugestiones fraternas de almas limpias tuvieron en su primer brote cuando los señores Belisario Vidal y Miguel Ramallo, sintieron saturada su atmósfera con los perfumes del refinamiento social. Procedieron a invitar a los más destacados vecinos para subrogar una cuota de 20 bolivianos, que sería el precio de la inscripción de los socios fundadores. La primera reunión se llevaría a cabo en la casa de don Temistocles Virreira.
Una idea común había elaborado el plan que parecía tener ruta anticipadamente abierta. Las liberaciones fueron decisivas y se concretaron con el nacimiento de la sociedad que se denominó Club Oruro. Al inaugurarse la reunión, el señor Belisario Vidal fue designado presidente accidental.
El acta del 10 de marzo de 1887 testifica que reunidos en la casa de Temistocles Virreira, los señores anotados abajo y bajo la presidencia accidental del señor Belisario Vidal, a consecuencia de una invitación hecha por los señores Belisario Vidal, Temistocles Virreina, Ricardo Vargas, Cincinato Virreina y Miguel Ramallo, para la fundación de un Club en esta ciudad, se procedió a la lectura de la lista de los señores que contestando a la mencionada invitación, habían depositado la mencionada suma de inscripción, fijados para los socios fundadores.
Resultado de la mencionada nómina presentada por el señor Ricardo Vargas, cincuenta y ocho fueron los señores que depositaron en su poder la cuota de inscripción, se declaró instalado el Club Oruro. La mencionada comisión encargada de formular el proyecto de estatuto para la organización del club, dio cuenta de su cometido, sometiendo sus trabajos a la deliberación de la junta general.
Después de un ligero debate, se aprobaron los artículos referentes a la formación del directorio. En consecuencia, después de la votación secreta, quedó éste definitivamente organizado: Presidente Dr. Belisario Vidal. Vicepresidente Sr. Temistocles Virreina. Tesorero Sr. Juan B. Hullman. Vocales propietarios: señores Carlos Ávalos, Ricardo Vargas, Eduardo Lértora, Telésforo Tovar, José Trullenque, vocales suplentes señores José V. Aldunate, Eduardo Henry y Benigno Laredo”.
Luego, el mismo historiador refiere que “el Club Oruro nació al amparo de un criterio rígidamente aristocrático. No era perjuicio de casta, sino exigencia de pulcritud. Nunca se ha revisado venas de ascendencia. La buena educación ha sido, en todo tiempo, señal de decencia”.
Nosotros decimos, que aparte de los deseos del buen vivir con lujo ornamental, este centenario club, decano de los clubes sociales de Bolivia, cimentó sus raíces sobre una sociedad orureña basada en factores económico, empresariales, políticos, sociales y culturales imperantes en la ciudad de Oruro, en esa bella época.
FACTORES ECONÓMICO EMPRESARIALES
Con el retorno en el siglo XVIII de la gran minería de la plata y los poderosos mineros Gregorio Pacheco con sus famosas minas Portugalete y Guadalupe, Aniceto Arce con Huanchaca, hoy Pulacayo, en el sur de Bolivia y Severo Fernández Alonso en Oruro, la Villa de San Felipe de Austria estaba convertida en el centro vital del progreso de Bolivia.
El historiador Roberto Querejazu, en su libro “Llallagua” dice: “La famosa convención de 1880 que inició una nueva era política para la República, con la emergencia de una elite de mineros enriquecidos con la plata, que ganó ascendiente sobre la tradicional oligarquía latifundista y el caudillismo militar, establecido en el sistema de partidos civiles y dio preeminencia a la mentalidad positivista y mercantil de que la Nación debía manejarse por un gobierno representativo con criterio empresarial, dando preferencia a la atención de los problemas económicos y haciendo del trabajo y el enriquecimiento privado y nacional el objeto principal de la actividad ciudadana. Oruro y La Paz iban adquiriendo en la era del estaño que se iniciaba la posición que Potosí y Sucre tuvieron en el pasado argentífero. Sucre aislado entre colinas había simbolizado el respeto a la herencia colonial. El ferrocarril trajo desde el exterior, primero a Huanchaca y desde 1892 hasta Oruro, las ideas y la maquinaria para el trabajo técnico y progresista”.
“En La Paz vivían quienes dependían de la política. En Cochabamba los afectos a la molicie y el ambiente rural. En Potosí y Sucre los aferrados al pasado. En Tarija, Santa Cruz y Trinidad los olvidados. Oruro era la ciudad del trabajo, de los cateadores de fortuna, de los ansiosos del éxito material…”
FACTORES POLÍTICOS
Así el historiador Vicente González-Aramayo Zuleta, en su libro “Breve historia de la Industria Orureña” hace conocer que “industriales como Gregorio Pacheco, Aniceto Arce y uno o dos más fueron los hombres de la llamada “Era de la Plata”, en la segunda mitad del Siglo XIX. Su disciplina y ambición permitieron a Pacheco y Arce reunir cuantiosas fortunas, las minas que les sirvió para operar en la política del país, poniéndolas al mecanismo de sus campañas electorales. Ambos fueron beligerantes políticos con el arma poderosa del dinero y ambos mandatarios, creando al mismo tiempo “la oligarquía conservadora”, la mayor parte de las minas de plata explotadas en esta nueva era de Bolivia estaban naturalmente en el Sur. Era Portugalete y Guadalupe, de Pacheco, y la Huanchaca (Pulacayo) de Potosí y Oruro, de Severo Fernández Alonso
El mismo autor en “Acontecer Orureño del siglo XIX”, refiere, “En fecha 7 de noviembre de 1851 se iza por primera vez la bandera tricolor en el pilar de Conchupata. Hubo una sucesión de presidentes militares y civiles en el país, a los que Alcides Arguedas ha llamado caudillos bárbaros y caudillos letrados… De ahí brotan los malos manejos en el Estado de los cuales se aprovecha Chile”.
FACTORES SOCIALES
El mismo autor refiere:”A fines del siglo pasado Oruro era una población de inspiración cosmopolita en la que no se cultivaban los regionalismos que dividían otras partes del país y donde extranjeros y bolivianos de cualquier latitud eran acogidos con la misma cordialidad. Según cálculos que hizo el periódico “El Decálogo” vivían entonces en Oruro, 8.939 orureños, 6.253 bolivianos de otros puntos del país, 462 latinoamericanos de diferentes naciones del continente, 226 europeos y 13 asiáticos.
Del total de 15.893; eran mineros 1.963, comerciantes 1.735, estudiantes 977, panaderos 200, abogados 96, religiosos 38, ingenieros 32, médicos 16 y el resto mujeres, ancianos y niños. Oruro era de aspecto urbano modesto y chato, más con mucho orgullo de ser la primera ciudad boliviana unida a la costa con un ferrocarril. Era la etapa obligada en las comunicaciones de La Paz con el Sur, punto de conexión con los valles de Cochabamba, núcleo económico con numerosas casas comerciales y agencias de bancos nacionales y extranjeros, centro de negocios y de aprovisionamiento de las minas de sus alrededores y de leguas a la redonda”.
FACTORES CULTURALES
El historiador Humberto Vásquez y otros en el libro “Manual de Historia de Bolivia”, señalan: “Los grandes intereses económicos que estaban en juego, así como las vías de comunicación con el exterior que se iniciaban, provocaron la salida de alguna gente al exterior, la que regresó si no con cultura intelectual, por lo menos con algunas aficiones al boato y al lujo ornamental. Casi todos iban a París y de allí trajeron ese gusto por los edificios pesados de estilo renacimiento francés que predominaban en Sucre y que son obra de la oligarquía argentífera de esa época”.
“Por lo demás, allí y en los otros centros, la vida ciudadana tenía mucho de patriarcal. Pocas reuniones, ellas se hacían en reducidos grupos familiares o amistosos, el lujo consistía en paseos a caballo sea en la ciudad a las haciendas de los alrededores; las mujeres lucían atavíos europeos con el retraso consiguiente a estas lejanas tierras…”
En esa época, en el país, surgieron grandes movimientos socioculturales de diversos tipos, políticos, historiadores, novelistas, periodistas, poetas y cultores del arte literario sentaron sus raíces. En el año de fundación 1887 del decano de los clubes sociales de Bolivia, la ciudad de Oruro contaba con célebres personalidades como: Adolfo Mier, Moisés Ascarrunz, Alfredo Ascarrunz, Marcos Beltrán, Zenón Dalence, Genoveva Jiménez, Jorge Oblitas, Rodolfo Soria Galvarro, Pantaleón Dalence, Ignacio León, Donato Vásquez, José Víctor Zaconeta, Fermín López, Mariano Ramallo y muchos otros con arraigo nacional.
Para concluir esta reminiscencia de la Sociedad Orureña del año 1887 al fundarse el Club Oruro, reproducimos los fragmentos de: “Oruro, Ciudad Moderna y Cosmopolita (1892 - 1930) de Pilar Mendieta Parada, publicados el 2006: “La vida social de la elite no se libraba de la regulación de la vida cotidiana en su conjunto. Los extranjeros tenían sus propios clubes, donde sus miembros se reunían tanto para la tertulia como para la danza, la comida y la recreación de sus costumbres. De esta forma se encontraba el Club Alemán, el Club Eslavo, etc. Sin embargo, existía el Club Oruro al cual podían pertenecer tanto miembros de la elite local como de las diversas colonias extranjeras.
El Club Oruro era una especie de centro de convergencia de todos los miembros de la elite. Por el gran número de extranjeros que habitaban en la ciudad, la sociedad orureña estaba fuertemente influenciada por costumbres y modales ajenos, pero pretendidamente universales y modernos”.
Lic. Félix Sangüeza Oros
Presidente del Club Oruro
Fuente: La Patria
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