El Gobierno presentó días atrás, 15 para estar más próximos al hecho, un proyecto de ley que permitirá la creación de un Fondo de Desarrollo Productivo que impulsará las actividades inherentes al motivo de su creación para mejorar la producción de empresas nacionales haciendo que las mismas puedan lanzar al mercado productos con valor agregado.
La idea es interesante desde el punto de vista de incitar al mejoramiento del trabajo que se cumple en algunas empresas del Estado, pero además de tentar a las alcaldías y las gobernaciones a que se conviertan en parte de nuevas empresas productivas, con miras a proveerse de manera directa de ciertos materiales o implementos para sus propios proyectos, es decir una especie de microempresas en las jurisdicciones de la realización de obras para los municipios o directamente para movilizar proyectos en las provincias.
Naturalmente que la primera interrogante al conocerse la idea fue la de saber con qué recursos se cuenta para encarar un proyecto de magnitud que pueda ser útil a la comunidad a través de la organización de empresas. La respuesta es simple así como la plantea el Ejecutivo al señalar que para poner en marcha el proyecto se dispondrá de un fondo de arranque consistente en el 10 por ciento de las Reservas Internacionales Netas (RIN) que alcanzan en la actualidad a $us. 1.200 millones, administrados por el ente emisor del país.
Sobre el mismo tema la Ministra de Desarrollo Productivo explicó que más de una veintena de proyectos productivos serán beneficiados con recursos del Fondo para la Revolución Industrial Productiva (Finpro), lo que significa activar otro brazo importante en la tarea de mejorar los planes productivos del país.
Toda ésta asignación de recursos merece sin embargo un tratamiento muy especial y es que por sus características deja dudas sobre la administración de recursos que deben ser dirigidos a garantizar la fase de estudios preliminares, o las contingencias de preinversión que necesitan de ciertas condiciones para no diluirse en trámites burocráticos del mismo sistema gubernamental, lo que constituiría una lamentable pérdida de los fondos económicos del Estado.
Vale la pena incidir en un hecho que siempre ha sido el punto neurálgico de la administración estatal o cuando menos de las actividades que se presentan en ciertas empresas públicas, donde no siempre las condiciones son favorables al logro de objetivos y lineamientos de productividad, este es un hecho que proviene de regímenes pasados y que no ha sido erradicado en el actual, por tanto cuando se trata de los fondos del Estado, se habla de los recursos del pueblo, que deben ser celosamente cuidados y no dilapidados, aún así exista una buena reserva financiera.
La idea de crear un fondo de desarrollo productivo no es mala, al contrario debería ser fortalecido el proyecto pero con algunos condicionamientos muy precisos que garanticen el desarrollo de un programa con particularidades expresas para fomentar la creación de nuevas industrias, no competitivas con las que tiene la empresa privada, porque no se trata de pelear espacios de venta, al contrario lo que se necesita es abrir nuevos rubros productivos que diversifiquen el uso de nuestros recursos, generen fuentes de empleo y permitan una adecuada rentabilidad que ponga en movimiento todo un conjunto de hechos, entre los sociales y los estrictamente técnico financieros.
Fuente: La Patria
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.