Juego con agua disminuyó pero aún falta conciencia

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El juego con agua disminuyó a simple vista en los dos últimos carnavales, pues ya no se observó el derroche del líquido elemento en globos o chisguetes durante la Entrada de Carnaval, pero existe todavía gente que no entiende que es un recurso que se está agotando.

El martes de Ch’alla se vio cómo algunos grupos de personas, de todas las edades, continuaron jugando con agua, pese a las recomendaciones que se hicieron de cuidar ese recurso que en muchos lugares, no sólo de Bolivia, sino de todo el mundo es escaso y al que no todos pueden acceder.

Existen las respectivas prohibiciones a través de ordenanzas, se ha realizado además una serie de mensajes a través de los medios masivos de comunicación, así como ferias zonales, en los colegios y otros. También hay sanciones pecuniarias que van desde los 200 bolivianos, pero pese a eso, la gente continúa derrochando el agua, un líquido vital.

Sin embargo, también se vio el control realizaban los funcionarios del Servicio Local de Acueductos y Alcantarillado (SeLA-Oruro), anotando el número de la casa en la que se observaba el mal uso del agua, para que en la boleta de pago de ese servicio se incluya la sanción determinada por ley.

Se espera que la sanción pecuniaria, que al parecer es la que más “duele” a la gente, sea realmente una forma de terminar con el derroche de agua.

ESPUMA

Otro tema es el de la espuma de cotillón, que vino a reemplazar el juego con agua, siendo una opción no muy acertada, pues ese producto emana sustancias tóxicas que provocan la destrucción de la capa de ozono y el efecto invernadero, causantes del cambio climático a nivel mundial.

También causa daños en la salud, pues provoca llagas en la piel e irritación en los ojos, y si por algún error se ingiere, provoca diarrea.

Cada que se aprieta el botón de un envase de espuma, se contamina el medio ambiente, daño que no se puede revertir.

Fuente: La Patria