Sacrificio carnavalero

Con tristeza pudimos ver que para el verificativo de la Entrada de Carnaval, las personas que se adjudicaron los metros lineales para el armado de graderías en muchos sectores de la ciudad, se dieron a la tarea de mutilar árboles para tener “comodidad” y que la naturaleza no obstaculice la visión de los espectadores.

En la avenida 6 de Agosto, varios vecinos optaron por tomar la sierra en sus manos y cercenaron las ramas de los verduscos árboles, dejando sus tronco casi pelados, llegando incluso a ser utilizados como soporte para las graderías. Imágenes de televisión reportaron este daño al ornato público, donde se sacrificó la naturaleza para satisfacer el goce carnavalero.

En el Municipio de Oruro existen normativas que sancionan el atentado al ornato público, esperemos ahora que se cumpla el rigor de la norma para evitar que a futuro se siga atentando contra la riqueza vegetal que cuesta mucho cultivar en ésta región del país, donde el brote de una nueva planta siempre es motivo de celebración.

Al margen de éste daño, son innumerables los casos en los que las jardineras de diferentes plazas y parques quedaron convertidas en basureros o mingitorios, producto de que muchos ciudadanos propios y extranjeros, sin escatimar cuidado alguno además de ensuciar, pisotearon las flores y dañaron los espacios públicos.

A éste panorama atentario al ornato, se suma la ingente cantidad de basura que nos dejó el Carnaval, maravilloso espectáculo folklórico devocional que sitúa a Bolivia en un contexto importante a nivel mundial, pero que como su lado negativo trae consigo el desagradable panorama de una ciudad sucia.

Probablemente las campañas para motivar la consciencia ciudadana sobre la limpieza en la ciudad no son suficientes, pues son años y años que este aspecto negativo motiva comentarios desagradables entre los visitantes. Las autoridades tendrán que generar nuevas estrategias y hasta acciones para evitar a futuro esta mala imagen, de manera que el comentario del visitante sea totalmente favorable.

Fuente: La Patria