Antecedentes.- La primera mujer creada por Hefestos, según la Mitología Griega, se llamaba Pandora. Atenea, Diosa de la Sabiduría, la dotó de todas las gracias y todos los talentos. Zeus, dios principal de la Mitología Griega le regaló una caja donde están encerrados todos los BIENES y los MALES de la Humanidad y colocó a Pandora sobre la Tierra junto al primer hombre (Epimeteo); este abrió la caja y su contenido "se esparció", por todo el mundo, no quedando en ella, más bien, que la Esperanza, Hefestos “Dios del fuego y del metal y el Vulcano de los Latinos”.
Los Cátaros.- Herejes de los siglos XI y XII, que defendían a raja-tabla la existencia de Dos Principios: El Bien y el Mal, esta secta herética de la Edad Media (v. albigenses), profesaban la fe sobre la que se basaba la cristiandad puritana, rechazando los sacramentos de la Iglesia Católica y, por el contrario justificaban por ejemplo el suicidio. Contra la mencionada secta, ordenó el Papa Inocencio III, una cruzada en 1209, por cuyas opiniones y modus vivendi no eran aceptadas por dicha autoridad establecida y por la Inquisición sobreviviendo a ese embate inclusive más de dos siglos, aplicando una sentencia errónea, por cuanto eran muchísimos más creyentes de la pasión, muerte y resurrección de Cristo por su forma de vida en los montes Pirineos (Francia), e inclusive su vestimenta, donde resaltaban el hábito de monje y sandalias.
Mitología andina.- Según la Cosmovisión Andina respecto al BIEN recae en el dios Huari, traducido en el Valor Supremo, portador de la moral y buenas costumbres regidas en todo momento por sus actos; es decir, sus propias reglas y normas de conducta transmitidas a varias culturas ancestrales asentadas en esta parte del Altiplano, entre ellas la Uru.
Leyenda del pueblo Uru.- Cuenta la misma que la moral y las buenas costumbres del pueblo iban desapareciendo en forma gradual, mientras la población crecía en proporción, extensión y número, hasta márgenes incontrolables; Huari al evidenciar dicha degeneración e invasión de animales para exterminio de la población (cuenta la misma leyenda), recurrió a una Ñusta a la que le ordenó mandar a salvar, rescatar y conservar todo lo "Bueno", (preservar el bien y desechar el mal); para ello, con su poder que le otorgó Huari petrificó al sapo y lagarto por el Norte, por el Sur a la víbora y el cóndor; por el Este las hormigas y por el Oeste cerca al atrio del templo del Socavón, donde actualmente está el monumento al minero, ahí en ese lugar, lado oeste de la ciudad se encuentra petrificada la rana con sus dos crías, entre la avenida cívica y la explanada (plazuela) del folklore según versiones poco difundidas hasta ahora. Posteriormente, transcurridos los años, la persona que se atrevió a hacer volar en pedazos al sapo, de inmediato quiso dirigirse con el mismo propósito demencial a destruir ese monumento lítico (la rana), pero la intervención oportuna del párroco del templo en aquel entonces, impidió un posible desastre, ya que noches antes éste religioso se había soñado en una especie de cuasi visión real, puesto que La Virgen del Socavón le habría manifestado: "que si alguien osaría destruir o retirar aquel ornamento natural, la ciudad de Oruro no se inundaría", sino que habría una hecatombe de proporciones, todo ello no pasó a mayores y desde entonces se conserva intacta dicha "Figura rocosa", tallada y esculpida por la madre naturaleza.
La Ñusta era la Virgencita del Socavón: Patrona del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
Fe devocional o fidelidad y costumbres.- Desde el punto de vista filosófico viene a ser el estudio racional del pensamiento humano, desde el doble punto de vista del conocimiento y la acción natural de las cosas que nos rodean y que nos hace discernir que existe un Ser Supremo que guía nuestra conducta; por ello, todo tiene su finalidad, aquello que se considere como un fin de todas las cosas, eso es el Bien Moral Supremo, aquello que la moral enseña qué se ha de hacer: Discernir el Bien del Mal. Lo que conforme al Deber "todos deberían ser personas de Bien", aquello que se hace objeto de un derecho o de una Obligación. Aquello que satisface las diversas necesidades del hombre; necesidades directas. Las enseñanzas morales serían Bienes Eternos, aplicadas desde tiempos remotos por nuestras culturas ancestrales; Bienes del Alma; la verdad, la honradez, la sabiduría, la honestidad (Ama qhella - Ama Llulla - Ama Sua), trilogía que perdura, responde y sintetiza el nivel superior o supremo de la cultura de nuestros antepasados.
El Mal sería entonces lo contrario al deber, a la virtud, a la honestidad a la honradez siendo el mal exclamación imprecatoria.
La conciencia discierne el Bien del Mal; es el sentimiento interior por el cual aprecia el hombre sus acciones. Nuestra conciencia es nuestro Juez es la moralidad e integridad.
La libertad de conciencia es el derecho que reconoce el Estado a cada ciudadano de pensar como quiera en materia de religión.
Imprecación, figura por la que se desea que sobrevengan males a los demás (sinónimo, maldición; parónimo, deprecación), ruego o súplica.
Ciencia Infusa.- Es la relación de vastos conocimientos de las virtudes ancestrales que poseían los gobernantes o adivinadores antes y después de Cristo. Es también la facultad del espíritu humano. Según la Biblia los apóstoles también conocían esta ciencia.
Por último, los arcángeles son mensajeros de orden superior, destinado a hacer el bien, vienen del cielo según la religión católica o tradición religiosa. Los ha empleado Dios con frecuencia para llevar órdenes y manifestar su voluntad.
Tienen nombres especiales según el oficio que desempeñan; y en la jerarquía celeste forman el noveno y último Coro. La Biblia cita a los arcángeles Gabriel, Miguel y Rafael.
(*) Es funcionario Adm UTO
Fuente: La Patria
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