A raíz de las fuertes y prolongadas precipitaciones pluviales en la ciudad, se ha observado un fenómeno sumamente molesto y que es el resultado de una increíble falta de educación ciudadana y de una buena práctica de hábitos de higiene y respeto a normas vigentes.
Hay que reconocerlo y criticar la actitud de todo tipo de ciudadanos, desde los niños que consumen una serie de refrescos, yogures y otras golosinas y cuyos envases plásticos son directamente arrojados en la calle, otro tanto sucede con la gente joven y adulta que hace lo mismo con las bolsas de plástico que de manera general se utilizan para compras eventuales de una mayoría de productos en mercados y tiendas.
El hecho que observamos es que grandes cantidades de esos materiales son altamente perjudiciales, pues no son desechables, se acumulan en las esquinas pero además en las cloacas y en bocatormentas por donde debería fluir el agua de lluvia, que al estar taponados dichos viaductos sucede que el agua se acumula en esquinas, rebasa la altura de algunas aceras y llega a inundar mercados y viviendas con graves perjuicios y molestias para la ciudadanía.
Es un mal que persiste pese a las recomendaciones formuladas por quienes son responsables del aseo de la ciudad, lamentablemente parece que tales exhortaciones no se toman en cuenta con la seriedad y responsabilidad que merecen, tanto en el hogar como en los establecimientos educativos donde debería darse las pautas para encarar un proceso de educación sobre los hábitos de higiene que deben cumplirse cotidianamente y entre estos la prohibición de arrojar envases de plástico en las calles.
Después de las fuertes tormentas, de las inundaciones en muchas bocacalles de la ciudad el saldo de basura que queda es deprimente al verificarse que contiene enorme cantidad de plásticos que son la causa de obstrucción en el normal discurrir de aguas por los desagües que deberían estar libres de tan negativa contaminación.
De acuerdo al pronóstico del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), las lluvias se prolongarán por lo menos hasta mediados de marzo, lo que significa que con las actuales condiciones de desaseo que existe en la ciudad las inundaciones persistirán más aún si pensamos en Carnaval, un periodo corto pero de intensa generación de desechos, justamente en nuestras calles que si no son limpiadas con la oportunidad del caso, habrán serios problemas con más lluvias y más basura contaminante.
Este es un caso que merece atención por parte no sólo de autoridades departamentales sino principalmente de las nacionales que deberían aplicar medidas restrictivas al abusivo uso del plástico, como sucede en otros países donde se ha prohibido ese material, precisamente por sus condiciones de alta peligrosidad para la salud ciudadana.
Mientras suceda algo concreto en materia de legislación sobre el tema, es urgente que la ciudadanía tome conciencia del daño que se infiere de manera directa con la mala costumbre de arrojar plásticos en cualquier sitio. Es necesario que se pueda reducir esta negativa costumbre, si todos asumen la responsabilidad de evitar la peligrosa combinación de generar basura plástica que produce inundaciones.
Fuente: La Patria
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