Transcurre una semana de iniciado un nuevo periodo de clases que marca ciertas transformaciones en el denominado “currículo educativo” y que según las autoridades superiores será aplicado paulatinamente en base a ciertas normas que deben ejecutar los maestros del país.
Si bien la disposición oficial de encarar la nueva gestión con modificaciones ha ocasionado un rechazo de parte del magisterio, no todo el sector por supuesto, hay necesidad de conocer en detalle y de manera general cuáles serán las transformaciones más complicadas y cuáles las más sencillas en lo que a metodología se refiere, comprendiendo que si bien la tarea de enseñanza corresponde a los profesores en las aulas no menos responsables son los padres de familia en los hogares, por tanto el proceso educativo debe ser ampliamente difundido para que todos estén enterados de lo que debe hacerse, cómo, cuándo y dónde.
Por lo que se sabe habrán variantes en lo que corresponde al sistema tradicional de enseñanza y parte del proceso se cumplirá inclusive fuera del aula, lo que obliga a contar con adecuada infraestructura para el cuidado de la salud de los educandos y los educadores, pero la experiencia será interesante si algunas materias se desarrollan “en vivo” y de manera práctica en contacto con la naturaleza, pero además con la realidad social en que desenvolvemos
nuestras cotidianas actividades.
Un aspecto importante está dirigido a revalorizar la educación inicial que debe ser asumida en el marco del nuevo diseño curricular básico y que luego, pasará a la etapa de regionalización y se afirmará en una instancia de diversificación que llegue a cubrir las expectativas del conjunto involucrado en el proceso mismo de la educación, es decir empezando por el seno familiar, la necesaria orientación de un desarrollo digno y pleno en las aulas y la responsabilidad de transmitir una educación integral y permanente para todos los estudiantes, sin discriminaciones ni exclusiones.
La gran mayoría ciudadana, y entre ésta los maestros, desconoce los fines y objetivos que pretende incluir el nuevo currículo educativo, por tanto hay una serie de interrogantes que flotan en el ambiente y generan dudas en el conjunto de la sociedad, llámense padres de familia, docentes y los propios estudiantes que desde ciertos niveles quisieran saber qué les depara el futuro del sistema educativo nacional.
Frente a ésta situación y en la que estamos inmersos moros y cristianos hay necesidad de socializar adecuadamente el contenido del nuevo currículo educativo, tanto desde el Ministerio, como desde el magisterio pues ambas posiciones deben ser analizadas, en su caso debatidas y en un determinado tiempo consensuadas para que padres de familia y estudiantes puedan asimilar los pro y contra de una Ley, que puede tener sus buenas cosas pero que tal parece también contiene algunas posiciones contradictorias que merecen un esclarecimiento abierto y de cara a la comunidad.
No es sencillo, nunca lo fue, aplicar un nuevo sistema educativo nacional, ya se hicieron varios intentos y entre fracasos y aciertos, algo se puede rescatar por lo menos en la idea presente es que los estudiantes estén preparados para enfrentar el reto de servir a los fines del desarrollo nacional con plena conciencia de las reales necesidades del país.
Fuente: La Patria
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