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Viernes 10 de febrero de 2012

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Separata 10 de Febrero

Revolución del 10 de febrero de 1781

Oruro, con la esperanza de un mañana mejor

10 feb 2012

Fuente: La Patria

Oruro: Donde vive feliz el mortal • Por Mónica V. Aramayo Quinteros - Periodista

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La ciudad de Oruro, éste espacio geográfico situado a 3.706 metros sobre el nivel del mar, caracterizado por un clima frío, compensa esa aparente desventaja con la laboriosidad de su gente y el afecto que se prodiga al visitante.

Pasaron 406 años desde aquel 1 de Noviembre de 1606, cuando Don Manuel de Castro y Padilla fundó la Villa de San Felipe de Austria, pero sin lugar a dudas, como nos muestra la historia la pujanza y valentía forjó un carácter combativo en sus hombres y mujeres, que protagonizaron rebeliones y alzamientos contra sus opresores, para construir, aún sin ellos saberlo, un futuro para las nuevas generaciones.

Es en ese contexto que tuvo lugar la Revolución del 10 de Febrero de 1781, donde se reconoce a Sebastián Pagador como el rebelde más visible, además de los hermanos Juan de Dios y Jacinto Rodríguez, aunque con seguridad habían centenares de anónimos que le pusieron el hombro al emprendimiento para marcar historia y aportar al inicio de las sublevaciones que mostrarían el camino a la Independencia de Bolivia.

No se pude ignorar que la patria boliviana debió haber sido fundada en Oruro, como describe en su libro “Oruro en su historia” el investigador e historiador Ángel Torres Sejas, cuando explica que el 9 de febrero de 1824 el Mariscal Antonio José de Sucre, para cumplir la misión encomendada por el libertador Simón Bolívar, promulgó un extraordinario decreto, de convocatoria a una asamblea de diputados de las entonces cuatro provincias que tenía Bolivia, La Paz, Cochabamba-Santa Cruz, Potosí y Chuquisaca, a reunirse en Oruro a partir del 10 de abril del mismo año, con la grave finalidad de decidir su futuro: si pertenecer al Perú o Provincias Unidas del Río de la Plata, o ser independientes conformando un nuevo estado.

Esa asamblea debía deliberar el 29 de abril, pero debido a eventos posteriores, más en lo político que militar, incluso climatológico, en cuestión de meses, los de la postergación arrebataron a Oruro el privilegio de ser anfitriona de la asamblea y que en su suelo se hubiere fundado la República de Bolivia.

Así los antecedentes históricos a lo largo de los 231 años trascurridos desde la bendita revolución que nos independizó de la opresión de la Corona Española, nos muestran que la libertad es el mayor tesoro que puede anhelar la humanidad.

Oruro es una región prodigiosa, tiene en su suelo a la cultura más antigua del continente que representa la milenaria raza de los Urus-Chipayas, además posee en sus entrañas el metal del diablo como se denomina al estaño que permite generar riqueza para el país, por la exportación del mineral y además es la mayor región productora del cereal denominado “grano de oro” por los europeos, que se han convertido en los mayores consumidores de la quinua orgánica producida en Salinas de Garci Mendoza. La crianza de los camélidos andinos, permite mostrar otro potencial para producir carne, lana y cuero, productos que son apreciados en el mundo.

A todo esto se suma la grandiosidad del Carnaval de Oruro, reconocido por las como la Obra Maestra del Patrimonio Oral Intangible de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

En los roles políticos Oruro también jugó papel importante porque supo responder con estoicismo a los ataques rebeldes de quienes pretendieron subordinar a la región a naciones vecinas y fue así que mediante decreto del 9 de octubre de 1837 se declaró a la ciudad “Heroica y denodada, acreedora de admiración nacional”, siendo este el primer título honorífico republicano que se confirió a Oruro, sin que hubiera tenido correlato en progreso citadino, según narra en su crónica histórica Ángel Torres, al hacer conocer detalles de las amenazas de Chile y de la Argentina por ocupar nuestra región.

El orureño tiene otro orgullo pues por primera vez ondeo la tricolor nacional, rojo, amarillo y verde, en el histórico Faro del Conchupata la mañana del 7 de noviembre de 1851, símbolo patrio que perdura con el paso del tiempo.

La laboriosidad de sus hijos permitió el reconocimiento de Oruro como “Capital Industrial de Bolivia” durante la celebración de la efeméride cívica departamental de 1949, en la presidencia de Mamerto Urriolagoitia, título que fue justificado por el desarrollo productivo que alcanzó la región sin contar con el apoyo del Estado y por esfuerzo propio de sus pobladores.

No se puede ignorar tampoco que en Oruro se instaló la primera fundición de Estaño del país, cuando Mariano Peró apostó por romper el mito de la altura para las fundiciones, entregando los primeros lingotes del noble metal, que ahora genera los mayores ingresos por la producción de estaño a través del pago de las regalías mineras, a lo que se suma otros ingresos por la explotación de oro, plata y metales complejos. La primera fundición estatal Metalúrgica Vinto fue instalada en la década del 70 en la jurisdicción de la ciudad de Oruro y desde entonces se produce el metálico de mejor calidad con tres nueves (99.9) de contenido de pureza de estaño.

Otra potencialidad poco explotada es la estratégica ubicación geográfica que permitirá llegar en seis horas desde Oruro a las costas el Pacífico para vincular a través de un corredor interoceánico a Chile por Oruro con Cochabamba, Santa Cruz, el Brasil y viceversa, para desarrollar el gran comercio y establecer la mayor red de servicios, así copar los mercados del Asía, Europa y Norteamérica, con producción sudamericana. Esto se dará con el primer corredor bioceánico y el proyecto Oruro Puerto Seco que podrían concretarse hasta el 2014.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

- “Oruro en la Historia”, Ángel Torres Sejas, Editorial Urquizo, 1994.

Fuente: La Patria
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