Una composición musical muy popular nos permite parodiar su contenido pues en otro año de celebración del 10 de Febrero en Oruro prevalecen las palabras, palabras, tan sólo palabras. En los hechos, los grandes proyectos y anhelos que tenemos los orureños simplemente están en discursos ya que la falta de voluntad política, de entereza en el manejo de la cosa pública, postergan el cumplimiento de objetivos para alcanzar la meta del desarrollo.
No hay que desconocer que se han hecho algunas obras, por mejor decir, se han concluido las que se iniciaron en gestiones anteriores y son pocas, muy pocas las que se puede contar entre el pasado 10 de febrero y el que con cierta tristeza y conformidad, pero también con rebeldía, celebramos en la fecha.
Se avanzó en planes de electrificación en el área rural, se completaron otros pocos kilómetros de caminos provinciales, mejoraron las condiciones de algunos planteles educativos y hasta se entregaron canchas deportivas con pasto sintético, hay avances ciertamente, pero son paliativos ante la urgente necesidad de encarar planes altamente productivos.
Quinua y camélidos son dos rubros que ocupan la atención de los orureños, la demanda externa de esos productos asegura un amplio mercado de exportación, por lo tanto esos son dos rubros que merecen mucho más de lo que hasta ahora se ha dispuesto en materia financiera para impulsarlos y convertirlos en verdaderos centros de alto rendimiento.
Más de medio siglo y de ese tiempo por lo menos veinte años que se incluye en los pliegos petitorios regionales que se presentan al Gobierno con motivo de la celebración de cada 10 de Febrero la conclusión de la carretera asfaltada hacia Pisiga como parte del corredor bioceánico que será determinante para impulsar y concretar el Puerto Seco, este último proyecto que se dilata en su ejecución por “cuestiones de forma”, especialmente en lo que corresponde a su ubicación cuando ya existen otras opciones que permitirían ahorro en tiempo y dinero para que el más importante Puerto Seco de Bolivia esté en operación.
Lo del aeropuerto internacional pasa al rubro de las palabras y más palabras, se anunció que en el aniversario departamental se estrenaría la franja de rodaje y lo haría el Mandatario con su moderno avión… pero dentro de lo que se preveía y observando el trabajo diario ya era un hecho que tal entrega debería ser postergada, hasta cuándo, eso es lo que no se puede asegurar debido a que ahora además de problemas técnicos está en entredicho la condición de aeropuerto internacional o uno más nacional en el país.
El otro aspecto que preocupa y que tampoco cuenta con una resolución expresa para su diversificación y crecimiento objetivo es el de la minería que sigue sin reactivarse y sólo responde a la coyuntura de buenos precios y la necesidad de encarar nuevos emprendimientos en el sector estatal, caso de Huanuni o la Metalúrgica de Vinto pero sin planes específicos para dinamizar la exploración de nuevos yacimientos mineros.
Como se puede observar son pocos los proyectos más importantes que tiene Oruro en su pliego petitorio repetitivo y que tampoco ha sido tomado en cuenta para la importante ocasión presente. Palabras, palabras, tan sólo palabras y algunas obras por supuesto interesantes es lo único rescatable en el 231 aniversario de la gesta revolucionaria de Oruro.
Fuente: La Patria
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