Martes 07 de febrero de 2012
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Editorial y opiniones
El satélite de la Luna
Los capitanes Schettino
07 feb 2012
Por: Francesco Zaratti
La tragedia del crucero Costa Concordia sigue ocupando las primeras planas de los periódicos de Italia, país que estoy visitando.
A medida que pasan los días, se hace más evidente el cúmulo de errores cometidos en esa trágica noche del 13 de enero, a partir de la decisión de acercarse a la isla del Giglio, frente a las costas de Toscana, para la tradicional, aunque prohibida, “reverencia”.
En medio de la tragedia, ha “brillado” la tragicómica figura del capitán de la nave, Francesco Schettino, el anti-héroe del año. Como todos saben, la hazaña del capitán consistió en abandonar a su suerte la nave y sus cuatro mil pasajeros después de haber llevado la Concordia a chocar contra un escollo a 200 metros de la isla. Afortunadamente, la cercanía de la costa evitó una tragedia mayor de las 18 víctimas oficiales.
Ahora bien, aprovechando mi estadía, he podido conocer algunos detalles del capitán de marras. Hace unos días vi la foto de una prima junto a Schettino, tomada durante un crucero en el Mediterráneo. Averiguadas las cosas, resulta que el famoso capitán era más un relacionador público del barco y de la compañía que un comandante tradicional de barco. Su tarea era vestir elegantemente, lucir aliñado y bronceado, sacarse fotos con los pasajeros, mujeres principalmente, y pasearse, sonriente, entre las mesas del comedor. De lo demás, conducir el barco y realizar las faenas tradicionales del comandante, se encargaban los otros oficiales, apoyados por todo el despliegue de tecnología de la navegación, de la que hacen alarde esa clase de embarcaciones.