En mayo y junio del 2010, luego de los resultados electorales municipales, el pueblo elector de Oruro decidió dispersar su voto, entregando al órgano legislativo (Concejo Municipal), bajo la “responsabilidad” de cuatro partidos o movimientos políticos, 5 para el MAS, 4 para el MSM, 1 para UN y 1 para el Mcsfa, casi de manera inmediata los “ganadores” al Concejo Municipal, se dispusieron a negociar sin estrategia de largo plazo, la conformación del Directorio.
La carrera por el copamiento del Legislativo y/o mediático, tuvo hasta sorpresas, los dos movimientos de la izquierda, (aunque no necesariamente se expresa la ideología en los representantes) es decir MAS y MSM, necesitaban de los otros de derecha y pendulares para lograr (in) gobernabilidad al Ejecutivo Municipal, sin embargo, los Concejales del MAS se aliaron a un grupo del MSM, seguramente pensando estos últimos que tendrían el control del Concejo Municipal por los restantes cinco años y esto no sucedió así, es que el poder es un recurso y perder poder es perder posibilidades de acceder a otros recursos y genera algún status político, social y económico, aunque en muchos de los casos es solo coyuntural.
Sin embargo, desde la asunción al poder legislativo, un actor fundamental como es el Concejal del Mcsfa, que tomó el control de la Comisión Técnica del Concejo Municipal, en el periodo anterior -que en muchas oportunidades definió la suerte de la gestión municipal ineficiente e inerte - logró en el transcurso del proceso 2010 - 2012 la confianza de algunos concejales del MAS, para terminar aliándose a ella en la presente legislatura y ser electo como Vicepresidente del Concejo; de esta lección se tiene, que el MAS, continúa controlando el Legislativo Municipal, a pesar de sus denotadas discrepancias en su interior, al final terminan uniéndose. No sucede lo mismo con dos de los cuatro concejales Municipales del MSM, que a estas alturas del tiempo y luego de 18 meses de gestión terminaron perdiendo soga y cabrito, es decir directiva del Concejo Municipal y presencia en su partido, y, hoy son Concejales “rasos”, sin embargo hoy se puede lograr gobernabilidad en base a pactos prebendales o de pegas, que el poder sea distribuido entre todos y así garantizar una gestión al menos óptima, sin que los principios políticos sean la guía del desarrollo.
Hasta hoy, hemos visto un Concejo Municipal sin rumbo ni destino, con mayor desarrollo en el rol de Fiscalizadores, pasando a un segundo o mejor dicho casi al olvido los roles de gestión parlamentaria municipal, producción de legislación municipal que mejore la calidad de vida de las Orureñas y Orureños, luego de 18 meses no conocemos cuales son los objetivos que tiene ese Concejo Municipal en materia de desarrollo humano, económico y social, aunque lo político expresado en las Cartas Orgánicas Municipales continuará retrasado a pesar de la cooperación del Ministerio de Autonomías.
Volviendo a lo anterior, todos estamos esperanzados que las relaciones de los próximos 340 días que corren se conviertan en una verdadera oportunidad para transformar nuestra ciudad, y que ambas instancias entiendan que sus desequilibrios de poder no le hacen ningún favor a la Autonomía, en proceso de construcción, entendiendo por relaciones desequilibradas aquellas en las que se atribuye más poder a una parte en detrimento de otra y, que por relaciones equilibradas se refiere a situaciones en que la igualdad está mucho más presente. Entretanto nuestras miradas acríticas y excluyentes permanezcan, continuará perdiendo la ciudad, y de pronto nos veamos ante dos circunstancias especiales, que el tiempo pasó y nuestra ciudad no se transformó o que la bronca vecinal se imponga sobre las posiciones individuales.
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