Miercoles 01 de febrero de 2012
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Editorial y opiniones
Economía de palabras
Muy poca seriedad
01 feb 2012
Por: Humberto Vacaflor Ganam
Los pueblos originarios del Tipnis y los tarijeños, originarios o no, quisieran tener interlocutores más serios cuando llegan a acuerdos con representantes del Gobierno.
Un presidente que promulga una ley en un sentido y luego, de inmediato, ordena que se organice una marcha para que esa ley sea desconocida, no es una persona seria.
Un ministro que firma acuerdos con la delegación tarijeña para resolver un conflicto, y luego dice que lo acordado no tiene ningún valor, no es alguien en quien se pueda confiar.
A partir de ahora quizá sea conveniente que cada documento firmado por nuestras autoridades sea sometido al trámite de reconocimiento de firmas, usado para otros propósitos, entre pares.
Antes de partir de la plaza Murillo en octubre pasado, los defensores del Tipnis hubieran necesitado ir en presencia de un notario y decir que quieren el reconocimiento de firmas.
Lo mismo debían haber hecho los tarijeños que negociaron con el ministro correspondiente, a fin de que el documento tenga toda la fuerza de ley.
Los periodistas también tendrían que pedir este tipo de certificaciones antes de dar noticias. Ahora que una ex periodista, no muy destacada en el gremio, se propone eliminar la Ley de Imprenta y exigir que se aplique el principio de la veracidad comprobada, las cosas se ponen interesantes.