“Narco-técnica” colombiana puede traer más violencia
30 ene 2012
Por: Jorge Lazzo Valera
La fabricación de droga, la cocaína, al más puro estilo colombiano podría acarrear violencia a nuestro país y debe preocupar a las autoridades el hecho que esa producción se realice en zona aledaña a la ciudad de Oruro, lo que demuestra que el narcotráfico reside en esta capital y podría poner en riesgo la pacífica convivencia ciudadana.
La elaboración de droga en Oruro no es nada nuevo, puesto que antes descubrieron fábricas de producción del alcaloide en inmediaciones de Huanuni, Challapata, Qaqachaca, Sabaya, Corque, Toledo y hasta encontraron a los transportadores de los alijos de la droga rumbo a Chile y la Argentina, ahora en barrios de la periferia de la ciudad como Socamani donde incautaron recién 10 kilos del alcaloide, lo que confirma que nuestra capital es ciudad de tránsito, comercio, distribución y ahora elaboración de drogas.Aplicando la “narco-técnica” colombiana ya no requieren el pisado de la hoja de coca para obtener el estupefaciente y por la nueva práctica ahora proceden a moler la coca y utilizan tanques tipo canastillo para su maceración, poniendo en evidencia que Oruro es clave para el tráfico de drogas, así como el tráfico de precursores que se internan desde Chile y el Perú con destino al Valle Alto de Cochabamba. Empero esa técnica puede estar respaldada de violencia.
La pasada gestión por estadísticas difundidas por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) entre enero y noviembre de 2011 fueron incautadas 29 toneladas de droga, una mayoría cocaína, y más de 3.000 personas aprehendidas resultado de los operativos cumplidos en distintas regiones del país, mostrando que la producción de droga va en aumento lejos de existir respaldo efectivo del Estado para la lucha antidrogas.
La ausencia de una política efectiva en la lucha contra las drogas y la falta de equipamiento para los policías antinarcóticos es una constante que ninguna autoridad ha podido superar, mientras en países vecinos como Chile y el Brasil, están poniendo en circulación aviones no tripulados para intensificar su lucha contra las drogas en sus fronteras con nuestro país. Esa es una señal inequívoca que Bolivia está clasificado como un país productor de cocaína.
Las inversiones para combatir el flagelo de las drogas en Chile también son importantes puesto que entre los años 2011 y 2014 gastarán 71.4 millones de dólares para ejecutar el denominado “Plan Frontera Norte”, destinado a evitar el ingreso de droga proveniente de Bolivia con destino a Europa. Por esa misma ruta fue desmantelada en febrero de 2011 la red de narcotráfico que lideraba el ex zar antidrogas y ex comandante de la Felcn de nuestro país general René Sanabria, ahora recluido en una penitenciaría de Estados Unidos por el delito de narcotráfico, quien pidió la salida del Departamento Estadounidense Antidrogas (DEA) de Bolivia, porque la lucha contra el narcotráfico marchaba bien sin “apoyo político”.
No hay que olvidar tampoco que fue el propio presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Juan Evo Morales Ayma, quien en su mensaje a la nación del 6 de Agosto de 2011, pronunciado en Sucre, aseguró que “el narcotráfico está más equipado que el Estado”, reiterando un pedido que realizó en julio del 2010, al demandar un efectivo apoyo logístico de la comunidad internacional.
La demanda del Estado Boliviano está latente desde julio del 2010, cuando Morales Ayma desnudó esa realidad durante la presentación del nuevo director en Bolivia de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (Onudd), César Guedes, revelando que "el narcotráfico tiene más tecnología que la Policía Nacional, más equipamiento moderno que las Fuerzas Armadas, mayor comunicación".
Las limitaciones técnicas y financieras están presentes en esta lucha desigual contra las drogas y ello impide por ausencia de una política efectiva, combatir eficientemente el flagelo del narcotráfico, lo que podría derivar en inseguridad ciudadana si los narcos colombianos comienzan a ejecutar sus “ajustes de cuentas” en el país, donde no está descartada su presencia, más bien confirmada con las “narco-técnicas” que se utilizan para la fabricación de cocaína.
Ahora habrá que pensar sí a la carencia de medios técnicos se suma la limitación financiera para combatir el narcotráfico, puesto que Estados Unidos de Norteamérica en las gestiones 2010 y 2011 asignó 20 millones de dólares cada año y el 2012 anunció que reducirá a 15 millones de dólares, existiendo apoyo de la Cooperación Europea por 20 millones de euros, según confirmó el viceministro Felipe Cáceres, quien aseguró que el mayor apoyo económico proviene de los Estados Unidos.
Ojalá la situación no sea más dramática y el flagelo de las drogas pueda ser controlado en el país y con preferencia en Oruro, donde se realiza el mayor número de transacciones -por así decirlo- que permiten el blanqueo de los dineros del narcotráfico con la internación de mercadería suntuaria y electrodomésticos, así como automotores, siendo todavía Challapata, “la tierra de nadie” para el ilícito comercio de automotores. Algo deberá cambiar y esa debe ser la política de gobierno aplicando los términos del último convenio suscrito con Estados Unidos y la participación de Brasil.
(*) Periodista
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