Hugo Molina Viaña, el poeta eterno de los niños

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Preocupado porque exista una línea dedicada a los niños, que retenga la ilustración imprescindible en toda obra infantil con importantes y talentosos artistas, Hugo Molina Viaña, enriquece el mundo de los pequeños. El año 1948, participa del segundo grupo intelectual de Gesta Bárbara, y rompe la monotonía de la literatura y obtiene el Primer Premio del Concurso Literario de la Escuela Nacional de Maestros con el poema “De hinojos”.

Fue maestro de diferentes períodos en escuelas de Oruro: Ildefonso Murguía, Luis Llosa, Jorge Oblitas y San José, sembró con sus odas escritas y dedicadas a los niños de los distritos mineros: Machacamarca, Pulacayo, Morococala, Japo, Santa Fe, Uncía, Negro Pabellón, Colquiri y Huanuni.

En Inquietudes Poéticas de la Revista de Estudios Jurídico, Político y Sociales, de Oruro, escribió con el epígrafe: “Saludo de Gesta Bárbara a la Facultad de Derecho”.

“PRESENCIA: Era una niña celeste/, hecha de llanto y amor/, era una niña sin mancha/ blanca presencia de flor. Era mística luciérnaga/ en el sagrario del alba/, era aroma de ternura/ primera rosa en el cielo/. En mi sendero de sombras/ ella dejaba luceros/, ella tejía nardos/ las luces de mi quimera/. Ella en mi verso se hacía/ rocío de las palabras/. Era una niña sencilla/ como el aire y como el agua/. En la bondad de sus manos/ una quietud de palomas/, y en el copo de su rostro/ la aurora de sus miradas. Y vino como un misterio ¿alga de amor o lucero?... Era mi estrella soñada/. Era mi dulce ansiedad/. Ave María de los labios/ por ella el día cantaba/. Mío era el sueño del alba, mía su pena y su risa. ¡Niña celeste sin nombre/ en el sagrario del alba! Y vino como un misterio ¿alga de mar o lucero?”

En los años 1956 y 1957, colaboró como libretista en Radio Universidad, dependiente de la Universidad Técnica de Oruro.

En todos estos distritos, alcanzó notoriedad, publicó, boletines literarios dedicados al mundo infantil como el Teatro de Títeres Pirulín, también fueron editados sus poemarios: “Palacio del Alba”, “Lucero de Seda”, “Martín Arenales”, “Bonquis y sus Canciones”.

Con frecuencia asistió a seminarios, encuentros y talleres, en el territorio y el extranjero. El afán cotidiano que lo envolvía al juglar, era abrir un espacio dedicado a la literatura infantil, que las rondas y los cuentos sean un hábito de lectura. Su talento y carácter excepcional logró inquietar, y reunir a un selecto grupo de escritores; Rosa Fernández, Beatriz Schulze Arana, Elda de Cárdenas, Paz Nery Nava y Alberto Guerra Gutiérrez. Un 12 de enero de 1964 se constituye el Comité Nacional de Literatura Infantil Juvenil.

La memoria nos vuelve al pasado y recordamos al paladín, al poeta orureño, que siendo adulto pensaba como niño, soñaba con los animales, narró en varias ediciones la Vicuncela (canción para una vicuña), merecedora en 1978 del Premio Internacional Hans Christian Andersen (Cuadro de Honor) de la Organización Internacional para el Libro Infantil-Juvenil por Resolución del XVI, Congreso de IBBY en Wurzburgo, Alemania.

Desde 1975 fue Presidente de IBBY (Organización Internacional para el Libro Infantil – Juvenil), durante diez años, sin embargo, a tiempo de organizar las filiales en todos los departamentos, a partir del año 1986, IBBY tiene su sede en Cochabamba, en el Centro Pedagógico y Cultural Portales.

Con el afán fervoroso de incentivar el año Internacional del Niño, el año 1979, emprende una exposición itinerante en Bolivia, Tokio y Madrid. Son glosas líricas de Hugo Molina y las ilustraciones por Marcelo Arduz, denominadas: “El País de Nunca Jamás”.

Otra obra: El Duende y la Marioneta, (la Niña de la Glorieta en Sucre), prosa lírica que debe ser leída por los niños de Bolivia.

En mérito a sus antecedentes Hugo Molina se desempeñó como Técnico Administrativo en el Departamento de Currículum Vitae del Ministerio de Educación allá por el año 1979, situaciones de familia y trámites de documentación para viajar a Norteamérica, me llevaron a permanecer unos meses en la ciudad de La Paz, en este periplo de idas y venidas se asomó Marcelo Ruiz, que había emigrado de la bella Tarija. Éramos tres soñadores, Hugo íntegro en colaborar, materializó para que publicáramos poemas sueltos, en la imprenta del Ministerio de Educación y Cultura que apoyaba el trabajo intelectual. Después Marcelo entró a trabajar a la Cancillería, trasladándose posteriormente como Agregado Cultural a la Embajada de Bolivia en España.

Cuando se encontraba como Presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez, el Centro de Documentación e Información del Banco del Libro del país caribeño envió un convenio para ser compartido con el Ministerio de Educación y Cultura de Bolivia. Hugo Molina era uno de los responsables para llevar adelante un proyecto que beneficiaba a ambos países. El criterio era afianzar los lazos de estas dos naciones hermanas y que sus publicaciones fueran difundidas en “Parapara” revista de literatura infantil, “El Cohete”, periódico para niños lectura compartida con adultos y las ediciones semestrales con el rótulo: “En el Centro de Documentación Tenemos…” un boletín con rica información relacionada al servicio, a la actividad de Bibliotecas infantiles, escolares.

Otra vez, Hugo Molina logra obtener el Premio Internacional Hans Christian Andersen (Lista de Honor) con su obra “El Duende y la Marioneta”, denominada “Ejemplo Sobresaliente de Literatura con importancia Internacional” por Resolución del XVII Congreso de IBBY en Cambridge, Inglaterra, el año 1982.

A propósito de esta narrativa señala: “La Glorieta llegará a las aulas mineras, donde mis niños deletrean un alfabeto de estaño en un mar de copajira, acariciará las doradas chozas de paja, donde tiernas manos morenas echan la semilla de su corazón para poblar de espigas y palomas los campos de la patria. La Glorieta penetrará en las selvas seculares donde un niño oriental, juega con su juguete de caimán y, librará en el alma de los niños, de las ciudades que buscan un halo de luz para sus sueños. La Glorieta es de los niños, porque de ellos es el reino del ensueño”.

Fuente: LA PATRIA