Las buenas nuevas relacionadas con Bolivia, dentro o fuera del país, son mayormente las noticias sobre el quehacer de los artistas, de los que aman la belleza por encima de los poderes efímeros y de las ambiciones negativas. Este año reafirma que es el arte el que muestra el rostro más esforzado y más universal de Bolivia.
Tupiza, amada Tupiza, tuvo desde su fundación un ambiente creativo; en relación a su cantidad de habitantes es, ni duda cabe, el centro urbano boliviano donde más actividad cultural se estrena. Ahí nació en 1946 el elenco “Nuevos Horizontes”, que no solamente preparaba artistas sino que difundía la dramaturgia social, anarquista, y las ideas del amor fraterno como base de la liberación de la Humanidad.
Este enero, una vez más, con la presencia de Liber Forti- asesor cultural de los mineros y de los trabajadores por más de treinta décadas- se anunciaron nuevos escenarios. Son varios los empresarios nacidos en Sud Chichas que además de tener fábricas y negocios aportan a la agenda cultural.
Herederos del compromiso de vida de “Nuevos Horizontes” son los miembros del afamado “Teatro de los Andes” con su sede en un pequeño pueblo de los valles andinos, Yotala. Desde ahí al mundo o, el mundo en el centro de Bolivia. Este grupo acaba de estrenar “Hamlet”, la dolorosa pieza de William Shakespeare- la que más nos habla de la maldad para apoderarse de un gobierno- adaptada a la realidad nacional.
Lucas, Alice, Gonzalo, junto a Diego y a Paolo, con el apoyo de otros jóvenes, lograron en Santiago de Chile los aplausos de pie de un público culto y hermanado más allá de las fronteras y de las peleas centenarias. Los críticos de los diarios mapuchinos no dudaron en alabar a los “bolitas”.
En escenario norteño, Antofagasta, otro heredero de Forti, formado en la inicial escuela alteña de teatro y luego en el mismo “Teatro de los Andes”, Freddy Chipana, logró masiva asistencia con el Altoteatro en esta primera temporada teatral. Freddy no deja de crecer en sus propuestas temáticas y escenográficas. Antes nos permitió compartir sus maravillas con historias bolivianas cotidianas, ahora se preocupa por los migrantes.
Gracias al esfuerzo de otra persona amante del teatro, Maritza Wilde, los paceños disfrutaremos en el próximo Fitaz de este tipo de obras y ¡ojalá! de los estrenos que se han dado multiplicados en Santa Cruz y en Cochabamba.
También el año comenzó auspicioso para las películas realizadas por bolivianos o relacionadas con Bolivia, como la cuidadosa “Blackhorn” y la maravillosa “Todos los días, la noche”, film imperdible para todo el público que quiere compartir un hermosísimo y respetuoso homenaje a los mineros bolivianos.
Jean Claude Wicky, también relacionado con Liber Forti en los duros años de luchas proletarias, concentró su capacidad profesional en una serie de fotografías en blanco y negro sobre la vida cotidiana en Colquiri, Caracoles, Cerro Rico, San José. A partir de esa experiencia de casi una década, construyó una filmación con esos protagonistas de no ficción. Es difícil no llorar ante esos cuadros de pobreza, de desafío y de logros, retratados no en su miseria, sino en su dignidad.
Esa es la sustancia boliviana más profunda, la que nos asegura la salvación.
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