Viernes 27 de enero de 2012
ver hoy
Si de verdad creyésemos en Dios seríamos conscientes de que Dios nos regaló un maravilloso zafiro, la Tierra, para que reconozcamos Su amor y Su regir sagrado, en la consciencia de que no sólo somos herederos de esta maravillosa Tierra, sino que también somos herederos del universo, que es infinitamente más hermoso.
Y si nos diéramos cuenta de que más allá de nuestra muerte física una luz más grande nos guía hacia la luz eterna, hacia la fuente absoluta de la existencia eterna, no sólo hablaríamos de que creemos en Dios, sino que también haríamos lo que Dios quiere. Y quien se esfuerce en analizar y cumplir lo que Dios quiere, aprenderá a reconocer la verdadera vida en la profundidad de las palabras del Sermón de la Montaña, pero también que en éstas se encuentra el “milagro económico” que no conoce el desempleo pues es la comunidad, la unidad, la vida con los demás en la sociedad y en la economía.
(*) Vida Universal
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