Miercoles 25 de enero de 2012

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Editorial y opiniones
¿Es o no es verdad?
Más de lo mismo
25 ene 2012
Por: José Gramunt de Moragas, S.J.
Sin duda que el Sr. Presidente mantiene una reconocida capacidad de sorprendernos. En la víspera del tercer aniversario de la Constitución de la Calancha, Don Evo Morales nos sorprendió con unas palabras dignas de un patriarca y no de un jefe sindical, como nos tenía acostumbrados. Me explico. Todos creíamos que el sábado pasado se iba a repetir en las históricas ruinas de Tiahuanacu la ceremonia seudo-religioso-política de la consagración de Don Evo Morales como guía espiritual de todos los pueblos originarios. Pues no señor: la fiesta consistió en la inauguración de una cancha deportiva alfombrada con césped sintético. Con todo, los amautas aymaras sacrificaron una llama cuya sangre regó la tierra y soplaron olorosas humaredas al viento. Por cierto, las ruinas tiahuanacotas se encuentran en estado lamentable, abandonadas y cubiertas de moho. Vergüenza para quienes dicen ser los salvadores de los valores ancestrales.
Pues también en aquel escenario tan diverso, el Sr. Presidente sorprendió con un discurso totalmente opuesto a las soflamas proindigenistas recalcitrantes que suele endilgar cada vez que se deja llevar por su oratoria populista. Por primera vez se le oyó hablar de la necesidad de “evitar los actos de discriminación”, y de que “es posible trabajar conjuntamente entre indígenas y ‘blancos’”. ¡Sorprendente! ¿Es que Don Evo Morales Ayma ha descubierto que la paz es más valiosa que la guerra; que la fraternidad vale más que la confrontación? Preferiría que fuera así. Y que dure. Que la conversión a la gran fraternidad sea definitiva. Que no tengamos que volver a escuchar más arengas hostiles y odiadoras.