La cuestión religiosa juega un significativo papel en los republicanos de EE.UU., donde distintas congregaciones usan sus militantes y peso electoral a favor de uno u otro candidato. Es allí donde opera una significativa e influyente a la evangélica que cree que esta potencia debe adoptar una cruzada interna social conservadora y externa contra el ´terrorismo islámico´.
Esta siempre ha apoyado a un candidato afín y ha visto que todos los presidentes que ha tenido su partido han sido bautizados en una u otra variante del protestantismo.
Todos los 44 presidentes que ha tenido EE.UU. han sido cristianos, aunque de distintas nominaciones, aunque el único católico que llegó a la Casa Blanca fue el demócrata John F Kennedy.
Nunca ningún judío, musulmán, hinduista, budista, sij o miembro de cualquier otra religión (incluyendo las de los nativos americanos) ha llegado a ocupar el cargo que hoy es el más poderoso del mundo.
Sin embargo, hoy, como van las cosas en las internas republicanas, pareciese que ese partido ha de tener que escoger a un presidenciable no protestante y que sea un mormón o un católico. De sus 6 candidatos 2 son protestantes, 2 son católicos y 2 son mormones.
Sin embargo, los 2 aspirantes protestantes parecen no tener chances: Rick Perry pelea por el último lugar y Ron Paul sabe que no compite para ganar la nominación sino para buscar mover a su partido hacia tesis libertarias.
Con fuerza van los 2 católicos: Rick Santorum (quien casi empató la primera primaria en Iowa) y Newt Gingrich (el líder del Congreso en 1995-99, quien inicialmente encabezaba muchas encuestas, que se convirtió al catolicismo con la visita papal a EE.UU. en el 2008).
De los 2 candidatos mormones, uno encabeza las encuestas (Mitt Romney) y otra el sector más ´moderado´.
Este escenario crea una disyuntiva para los WASP (Blancos Anglo Sajones) quienes conforman la mayoría de la población de EE.UU. y, sobre todo, de los afiliados del republicanismo. Ciertamente que los electores no deciden su voto por razones 100% religiosas sino en función de las distintas propuestas, pero ese factor juega un importante papel en EEUU.
Mientras hoy muchos evangélicos conciben que el Papa sea un cristiano que se ha desviado del camino, la mitad de ellos se niega a aceptar a los mormones como una forma de cristianismo. Esto hace que los fundamentalistas protestantes se sientan más inclinados a apoyar conservadores cristianos católicos como Santorum o Gingrich mientras que desconfían de Romney por haber sido un obispo de una religión que compite con ellos y tiene otro testamento.
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