Las últimas referencias que se tienen sobre gestiones, informes, cumplimiento de metas y otros detalles de la Administración Pública, llámese gobernación, municipio y otras dependencias dan como resultado una asombrosa falta de cumplimiento a normas y disposiciones emitidas en las mismas instancias donde se genera la indisciplina o simplemente la dejadez funcionaria.
Entre algunos de esos problemas, sólo como muestra, el estatuto autonómico que se trabaja desde hace mucho tiempo atrás simplemente seguirá en proceso porque hasta ahora no se encuentra el canal más expeditivo para lograr consenso y aprobar esa norma que regirá el destino departamental.
Para el 10 de febrero próximo se adelantaban algunos hechos importantes empero empezando por el principal, el aeropuerto internacional, simple y llanamente no habrá entrega de la pista de rodaje y por tanto el avión del Presidente no estrenará esa fase del aeródromo que tal parece tampoco tendrá la característica de tipo internacional.
En lo que corresponde al manejo administrativo, la ejecución presupuestaria en la Gobernación como en la Comuna no alcanzó el porcentaje óptimo que era deseable como prueba de eficiencia en el uso de recursos públicos, por tanto muchas obras seguirán pendientes de conclusión en la presente gestión y serán muy pocas las que puedan programarse para su ejecución.
En el rubro más importante que es la minería por el alto porcentaje de regalías que genera, se reconoce que no hay mayor inversión privada sencillamente por la falta de reglas claras de juego que garanticen las inversiones y permitan captar capitales y tecnología que se conviertan en fuentes de empleo y en una permanente fuente de recursos para el departamento y el Erario Nacional.
Las cosas no marchan de la mejor manera y a poco menos de un mes para la celebración de otro aniversario de la Revolución de 1781, en Oruro ya se dice que “no tendremos nada que festejar”, pues los más anhelados proyectos siguen en ese nivel… sólo proyectos y para que sean ejecutados faltan ciertas decisiones, inclusive políticas, que permitan su avance sustancial hacia el objetivo del desarrollo sostenible del departamento.
Caminos como el de Oruro – Pisiga es realmente la vergüenza orureña, pues son muchos años que esa vía no puede ser terminada pese a que en su gran proyección internacional es parte vital del sistema bioceánico y además resulta complemento ineluctable de la instalación del Puerto Seco, pero presiones politizadas siguen postergando estos caros anhelos regionales.
Hay algo que sin embargo alienta la fe y esperanza de los orureños, es el fortalecimiento de la unidad de todos los sectores coaligados en el Comité Cívico, entidad que debe encarar en adelante la exigencia en los niveles que corresponda para la atención a los planteamientos locales, incluyendo un arreglo satisfactorio en el tema limítrofe, que igualmente sigue siendo un serio conflicto con el hermano distrito de Potosí, sólo por falta de responsabilidad de funcionarios del Poder Ejecutivo que no pueden remediar un asunto técnico cuyos componentes ancestrales han sido demostrados plenamente sobre el derecho de jurisdicción en la geografía regional y nacional.
Pese a los aspectos negativos que predominan en la actividad de la administración pública local, deben establecerse las mejores condiciones de coordinación entre la entidad cívica local, nuestras autoridades y las del poder central para que el próximo 10 de Febrero no tengamos más frustraciones y que por lo menos en esa fecha recibamos buenas noticias sobre el despegue de Oruro hacia su verdadero desarrollo de manera que no siga la postergación.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.