La huelga de hambre por amnistía general e irrestricta

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INTRODUCCIÓN

Sin embargo, todo lo que con violencia empieza, tarde o temprano siempre es degradado por las fuerzas progresistas, máxime aún cuando viene de una correlación de fuerzas desfavorable para los más débiles y cuando estos se unen para hacer una sola razón y fuerza. “Nunca un mal, duró cien años, ni hubo pueblo que resista…” nos enseña desde 1974 el cantautor emblemático Nilo Soruco en la Caraqueña, escrita en el exilio a finales del 1974.

CONTEXTO

Nuestro país vivió desde 1967 hasta 1982 tiempos de dictadura militar, con breve espacio para los procesos de construcción democrática, sin embargo en este tiempo la más larga fue la de la dictadura de Banzer, que tuvo una duración de siete años, “desde sus comienzos… Banzer fue claramente represivo… hombres y mujeres, fueron directamente asesinados y violados, miles de bolivianos, hombres y mujeres, fueron detenidos -ilegalmente- encarcelados largamente sin juicio, apaleados y torturados brutalmente… según la APDH 14.750 personas fueron detenidas… 19.140 exiliados por razones de seguridad y familiares desde 1971 hasta 1977…”, es decir fueron obligados a salir de nuestro país, las formas de represión conocidas por amnistía internacional dan elementos para asegurar que las prácticas comunes en estos tiempos son “muertes oficiales y desapariciones, tortura, presos políticos, detenciones sin proceso”. El Dr. Waldo Albarracín, al presentar el libro del Dr. Alberto Guzmán intitulado “Memoria Popular sobre la tortura del Septenio Negro de Banzer: Bolivia Libertad”, nos dice: “La historia de 15 meses de presidio de Alberto Guzmán, sus experiencias vividas, los vejámenes de que fue objeto, la tortura sobre su cuerpo, los intentos de asesinato, el martirio de tener a la esposa detenida, las diversas atrocidades y el haber ayudado junto a su cónyuge, a dar a luz a una mujer en plena cárcel, demuestran la época del terrorismo de Estado… Diversos recintos cancelarios, pero fundamentalmente las cárceles de Viacha y San Pedro, son testigos de la injusticia y el ultraje a los presos políticos…” Testimonios de los mayores ultrajes al derecho a la dignidad son por ejemplo: “si el preso político es mujer, como primera medida se la desnuda, ‘no puede declarar vestida’… y en el interrogatorio se le van quemando los senos con cigarrillos encendidos que está fumando el criminal de turno, y si las declaraciones no obtienen las respuestas que se piden como es costumbre, entonces se veja a la prisionera, se la viola y se le arrastra por el piso, asiéndola fuertemente por la frondosa cabellera…” Muchos otros cuando no declaraban “eran trasladados a las casas de seguridad, donde lo único seguro era recibir palizas furibundas que a veces llegaban hasta el crimen, con el pretexto baladí de la Ley de fuga, que es una forma creada para asesinar a los presos políticos sin previo juzgamiento… Los días son muy largos y las noches eternas, cuando se está preso sin motivo alguno, se abren interrogantes de muchas cosas tratando de encontrar inútilmente la causa del maltrato y las cadenas puestas al orgullo, repasas en segundos todo una vida y escarbas cuidadosamente todos los hechos pasados y presentes, tratas de comprender por qué están fácil perder el libre albedrío y pasar de golpe a la categoría de ‘delincuente político’ y estás encarcelado sin juicio ni proceso que valga, sin juez que juzgue los hechos para nada, y así, quedarnos presos ambos -su esposa y él- con la mente atorada de preguntas y una noche que llega cargada de tormentas interiores y dispares presagios, es muy grande la impotencia que produce la libertad sin motivo ni explicación alguna y preparé el cuerpo y la mente para pasar esta primera noche de preso simplemente”.

No sólo se trataba de individualizar al oponente político identificado como “subversivo, comunista, anticristiano, etcétera” que por pensar diferente al régimen, era sometido al martirio humano, sino también someter y controlar militarmente poblaciones mineras, ciudades y evitar cualquier indicio de libertad de organización, pero aún deshacerse de sus propios colaboradores del golpe como es el caso de Andrés Selich, que ofició de ministro del régimen duro y posteriormente asesinado por sus propios compadres de la muerte.

Estos y otros martirios y violaciones a los derechos humanos, al finalizar 1977 de manera sorpresiva son interrumpidos con la convocatoria a elecciones que debió efectivizarse en 1978 -en el que el Estado Militar tenía su candidato, Juan Pereda Asbún- y que sin embargo de preparar una farsa electoral sin libertades también fue respondida de manera sorpresiva con la huelga de hambre de 4 mujeres y 18 niños y niñas.

LA IRRUPCIÓN DE 4 MUJERES Y 18 NIÑOS Y NIÑAS

A las 18:00 hrs. del 28 de diciembre de 1977 – hace 35 años atrás- cuatro mujeres conjuntamente sus hijos, 18 niños y niñas, toman las oficinas del Arzobispado de La Paz para someterse en huelga de hambre, eran las señoras Aurora de Lora, Nelly de Paniagua, Angélica de Flores y Luzmila de Pimentel, esposas de los trabajadores detenidos…. La decisión irrevocable y hasta las últimas consecuencias, es:

1. Amnistía general e irrestricta frente a la amnistía restringida que planteaba Banzer.

2. Reposición en sus fuentes de trabajo de todos los obreros despedidos.

3. Vigencia de las organizaciones sindicales.

4. Retiro del ejército de los centros mineros.

Muchos de los actores del momento planteaban que la medida era exagerada y prematura y que no tendría el respaldo del pueblo cuando este no estaba organizado consideran además que se trata de fin de año, sin embargo frente a los agoreros de la libertad, la decisión era implacable de estas mujeres –hoy poco reconocidas- a los pocos días la huelga fue imitada en casi todo el país, según la APDH se instalaron 11 grupos de huelga en La Paz, tres grupos en Oruro, un grupo en Llallagua, cuatro grupos en Potosí, un grupo en Tarija, Sucre y Santa Cruz y la Mina Caracoles , cinco grupos en Cochabamba, se contabiliza alrededor de 1.200 huelguistas en todo el país y otros no contabilizados en el exterior, el amedrentamiento recurrente a los huelguistas por los paramilitares a decir de Guzmán López los “Tiras”, no minó la moral de los huelguistas en el logro de los objetivos trazados, todos los grupos estuvieron atentos a la decisión de las mujeres mineras, que se negaron a consumir alimentos sólidos. La mayor parte de las huelgas fueron instaladas en iglesias, seguida de sedes de medios de comunicación como el caso de Presencia en La Paz o El Expreso en Oruro, a pesar de la oposición en algunos casos de los directores. La participación de la jerarquía de la Iglesia fue muy importante en su respaldo a la huelga de hambre, entonces no podía ser considerada la huelga de hambre como una huelga en contra del cristianismo, como se alegaba a lo largo de la represión.

Luego de 20 días de huelga de hambre la lucha de las cuatro mujeres, a la que se sumó posteriormente un ícono de la lucha de las mujeres, Dña. Domitila de Chungara obtenía resultados, el 18 de enero de 1978, a la cabeza del Dr. Luis Adolfo Siles Salinas como negociador por los huelguistas se logró el acuerdo que contemplaba:

1. Amnistía sin restricciones

2. Trámites de reincorporación al trabajo de todos los mineros despedidos.

3. Recuperación de su modalidad y categoría de los ya contratados.

4. Garantía para todos los participes en la huelga y sus colaborares.

Sin duda aquella amnistía sin restricciones, contemplaba la libertad de muchos presos políticos, el cese de las torturas y vejámenes y humillaciones, el reencuentro de muchos exiliados con su familia que lamentablemente fue interrumpido una vez más en 1980, con el golpe de García Meza.

Como dice E. Galeano en su libro El descubrimiento de América: “El pasado dice cosas que interesan al futuro”, que no se repita la cruzada de verdugos, de asesinatos y enfermizos sexuales de las brutales noches de negros cautiverios, que despierte la mente de porvenir abierto y nunca se repita la tiranía de Banzer y García Meza.

Fuente: LA PATRIA