Las gestiones bolivianas dirigidas a recuperar el mar cautivo que se extienden más de 130 años están cobrando inusitada importancia internacional dadas las características de la estrategia asumida por Bolivia desde el 23 de marzo del 2011, Día del Mar, cuando el Primer Mandatario anunció oficialmente que acudiría a tribunales internacionales ante la falta de resolución efectiva por parte de Chile en el tema marítimo.
Actualmente la Dirección de Reivindicación Marítima (Diremar), está trabajando en una estrategia jurídica para obtener una salida con soberanía al mar cautivo, insistiendo en el in cumplimiento de Chile al Tratado de 1904 en lo relativo especialmente al acuerdo de permitir el libre tránsito de mercaderías en la zona portuaria de Arica, donde además debería reformularse las condiciones de la administración portuaria por significar una fuerte carga a las operaciones que efectúa Bolivia y que constituyen más del 80 por ciento de las que se realizan en ese recinto portuario.
Se aprecia un inusitado interés de autoridades de organismos externos, tal el caso del ejecutivo de la OEA, José Miguel Insulza que estuvo de visita en La Paz, abordando con el Presidente Morales los preparativos para la realización del Foro Internacional de la OEA que se cumplirá en Cochabamba en el mes de junio próximo, ocasión en la que se debatirá sobre la seguridad alimentaria en el hemisferio, pero también se incorporará en la agenda la temática marítima que ya fue inscrita en similar acontecimiento que se realizó en 1979 en similar reunión que se desarrolló en La Paz.
Insulza aseguró que el tema de la mediterraneidad de Bolivia está consignado en la agenda de la Asamblea de la OEA, aunque el alto ejecutivo señaló que prefería alentar un debate abierto entre los dos países considerando que se trata de un asunto bilateral, en cuya solución está dispuesto a cooperar “si ambos países lo piden”.
Por lo visto tal mediación no se producirá en vista de que el gobierno chileno no dará paso a una negociación del problema vía la OEA, entonces la situación por lo menos de momento queda en buenas intenciones, pero sin ningún avance concreto para restablecer las condiciones propicias de un diálogo volviendo a la agenda aprobada con la ex presidente Michelle Bachelet.
Chile reitera su posición sobre el tratado de 1904 puntualizando que ese país cumple plenamente el acuerdo y que por tanto “no le debe nada a Bolivia”. De esa posición no se avanzó en ningún sentido, mientras que nuestra diplomacia ha determinado desplegar en el año presente una estrategia abierta a nivel de todos los foros internacionales para afianzar la demanda marítima como un pedido solidario para acceder al mar con soberanía plena.
Bolivia ha reivindicado en repetidas oportunidades la multilateralidad del problema, buscando justamente la solidaridad de países amigos y por lo menos en el mismísimo seno de la OEA ha logrado el apoyo continental a su demanda marítima, excepto de Chile que tiene su punto de vista invariable y radical.
El secretario de la OEA José Miguel Insulza ha señalado días atrás que el diferendo marítimo entre Bolivia y Chile es un asunto bilateral, pese a que conoce con mucha claridad la resolución aprobada en la anterior sesión de la OEA en La Paz (1979), que en parte saliente refiere: “Es de interés hemisférico permanente encontrar una solución equitativa, mediante la cual Bolivia obtenga acceso soberano y útil al Océano Pacífico”.
Fuente: LA PATRIA
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