Siempre hubo familias dedicadas por generaciones a la música. Un niño puede aprender música antes que a leer y escribir. Ejemplo de ello son los Couperin en Francia, los Bach en Alemania y los Strauss de Viena.
Johann Strauss (padre). Viena, marzo 14 de 1804 – septiembre 25 de 1849, primero fue encuadernador y luego músico. Tuvo seis hijos con Anna Streim y siete con Emilia Trambusch. Formó cuarteto de cuerdas y orquesta con Josef Lanner. Actuó en la corte de Viena y, entre 1833 y 1849, triunfó en los mayores centros de Europa. Compuso 146 valses, 36 galops, 31 cuadrillas, 24 marchas, 14 polcas, contradanzas y cotillones.
Su hijo, Johann II (Viena, octubre 25 de 1825 – junio 2 de 1899) dirigió la orquesta de su padre y se convirtió en Rey del Vals con la ayuda de su hermano Josef. A sus 29 años conquistó Europa y Estados Unidos. En 1840, la reina Victoria de Inglaterra bailó un vals en su fiesta de bodas, y aunque provocó escándalo en los tradicionalistas, el evento marcó el éxito de la danza. En América, el pianista y compositor argentino Juan Pedro Esnaola (1808-1878), abanderó la novedad.
Johann II inició su carrera a los 19 años y se hizo rival de su padre luego de transitar sus huellas. Le resultó más sencillo proseguir que iniciar. De apodo Schani, compuso música bailable que halagaba a los sojuzgados por Austria: eslavos, serbios, húngaros, checos. Llegó a un promedio de dos valses por mes. Se casó con Jetty Treffz, (seis años mayor que él) y compuso en serie: A orillas del hermoso Danubio Azul, Vida de artista, Cuentos del bosque de Viena, Vino, mujeres y canto.
Luego de la muerte de Jetty, aparece su obra maestra El murciélago. El emperador Francisco José le dice: Tú también eres emperador. Se casa con Lily Dittrichk y más tarde con Adela Deutsch; aparece el Vals del Emperador. Muere a los 72 años (1899) cerrando el siglo del vals.
¿Quién inventó el vals?
El vals es anterior a las rapsodias de Liszt y las danzas de Brahms. Al igual que el jazz o el tango, fue una creación colectiva. Derivó de los lândler, danzas que se cantaban en los Alpes austríacos y alemanes. El Libro del laúd (1600) menciona la danza de Winn (nombre antiguo de Viena). Violinistas ambulantes llegaron al lugar hacia 1740 y tocaron en las cervecerías. En 1786, el español Vicente Martín y Soler, organista y autor de óperas, hizo bailar un vals a dos parejas durante la escena de La cosa rara, o sea la belleza honesta, convirtiendo el ritmo en baile teatral.
En 1801, Weber estableció la forma musical definitiva del vals. Para entonces nacía Joseph Franz Lanner y tres años después Johann Straus padre.
Una sociedad poderosa expande sus productos y el vals destronó al minué en la belle époque. Junto con el vals, la polca también invadió los salones. Era de origen checo, nación sojuzgada por el Imperio Austríaco que reinaba sobre húngaros, croatas, serbios, bosnios, montenegrinos, albanos y polacos del sur, y cuyas mazurcas y polonesas adornaron las fiestas de gente poderosa y modesta.
Johann Strauss padre, violinista fogoso y ambicioso por su sangre española materna, no se había conformado con Viena, conquistó Europa. De su parte, su hijo Johann II, había estudiado a escondidas el violín y composición musical, brillando en la misma sala donde reinaba su padre; mostró ser mejor compositor. Por su torrente creador impuso el ritmo al mundo.
Cerco de intereses
Desde su inicio, con Dafne de Jacopo Peri (Florencia, 1594), fue necesario que la ópera se oyera con claridad. La supremacía de la escuela operística napolitana se apoyó en las creaciones de Alejandro Scarlatti (1660-1725) de quien, se dice, alcanzó un cargo importante gracias a que sus hermanas complacían a ciertos personajes de la ciudad. Sin embargo, el genio de 23 años legitimó su ingreso con creces. El vigor de su estilo no fue igualado ni siquiera por sus contemporáneos.
Por siglos, Italia dio cantantes y editores para ópera, ambos velando por sus metas y dejando a la música el último lugar: el editor por complacer al cantante y a sus admiradores; el cantante por acrecentar su ego.
Cuando el mundo musical se amplió, los cantantes se convirtieron en amos del arte lírico, empinándose sobre autores y directores. Las prima donna apoyaban su aureola en su protector, logrando que todo girase en torno de ellas. Había compositores intransigentes como Wagner y otros que se sometían a los divos de turno. El público exigente sólo buscaba canto, voz fenomenal y se despreocupaba del resto.
Los compositores son desconocidos cuando empiezan su carrera, y generalmente mueren al llegar a la madurez de su talento. Muchas óperas debieron imponerse por sus méritos, pero no pudieron vencer el cerco de intereses.
El poder de los cantantes de ópera también explica la supervivencia de los castrati (varones púberes sometidos a la operación para conservar la voz femenina) como Baldasarre Ferri, Carlo Broschi (Farinelli), Antonio Bernacchi y Gaetano Majorano (Caffarelli), los personajes más importantes de aquel tiempo. Fue Napoleón quien prohibió en Italia como en Francia la castración con fines musicales.
Fuente: LA PATRIA
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