“Están equivocados si piensan que van a acallar a los periodistas”

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Contundente y claro: “Están equivocados si piensan que van a acallar a los periodistas”. Es la afirmación de un periodista que tiene más de 30 años de servicio, Pedro Glasinovic Villafán, quien vio y vivió los momentos más críticos en la intención de los gobiernos de controlar a la prensa en las últimas tres décadas.

En un encuentro ya tradicional, de reconocidas personalidades, en la casa de la escritora Márcia Batista, el además presidente de la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP), dejó claro que el trabajo de servicio a la sociedad que realizan los periodistas para cumplir con el derecho que tiene la población a ser informada, no podrá ser controlado jamás.

“Yo como periodista no tengo que rendirle cuentas ni al señor Morales que está de presidente ni a nadie, sólo respondo a la comunidad a la que me debo, y si algún lector viene y me interpela le daré la explicación que deba darle pero al poder nunca”, expresó.

Los periodistas son los que interpelan al poder, son los únicos que pueden decir “señor está mal”, son los que descubren algunas cosas malas que se están produciendo no solamente en este gobierno sino que históricamente lo han hecho.

“Somos el sector que aparte de otros valerosos sectores de la sociedad como los mineros y los obreros, hemos resistido las dictaduras, hemos encontrado modos para vencer la censura, hemos encontrado la forma de informar a la gente lo que estaba pasando”, señaló Glasinovic a tiempo de contar que durante la dictadura de Luis García Mesa, se publicó en el desaparecido periódico Presencia, un contrato lesivo al Estado, la explotación ilegal de piedras semipreciosas en La

Gaiba.

“Había que ser valiente para publicar una cosa así, pero los periodistas nos jugamos y publicamos el contrato, y nuestro amigo el compañero Antonio Miranda que se nos fue hace un tiempo, y seguro que está con Dios, tuvo la valentía de ir a la región, él era cruceño y se metió como cualquier ciudadano y verificó en el lugar que evidentemente había una explotación ilegal, que había un contrato con una empresa, firmado por la Junta Militar de Gobierno. Volvió a La Paz y comenzó a escribir su reportaje, por entonces nosotros éramos nóveles o aprendices de periodistas, éramos estudiantes pero ya trabajábamos en el periódico Presencia, y Antonio decía -mira lo que he escrito, vean- entonces compartía con toda la redacción el reportaje que se publicó en toda una página, y se armó un escándalo terrible, pero la valentía de Antonio y del doctor Huáscar Cajías que era el director de nuestro periódico le valió a él el Premio Rey de España”, contó Glasinovic.

Ese entonces es nuestro trabajo por eso es que nunca nos vamos a llevar bien con el poder, no nos quieren, nosotros tampoco.

CONTROL

Históricamente, indicó Glasinovic, en el país todos los gobiernos que yo recuerde de los últimos 30 años han puesto como objetivo la prensa, para controlarla; los militares a través de la fuerza, acuérdense que han puesto censores de prensa, era impresionante trabajar con un señor que miraba qué es lo que estabas escribiendo, era increíble, pero no han aguantado mucho, ellos mismos han tenido vergüenza y han comenzando a salir de las redacciones; había situaciones muy interesantes que ahora forman parte de la anécdota, pero que en ese tiempo significaban tu vida.

Pedro, como le decimos, compartió también otra de las anécdotas que vivió durante la dictadura:

En La Paz hay un boliche que se llama el Averno, era un refugio de alcohólicos eso está en la plaza Belzu donde estaba el Ejército de Salvación, es un callejón que se ingresa, dobla a la izquierda, dobla a la derecha y ahí al fondo hay un diablo pintado, entonces se ingresa por la boca. Nosotros acudíamos a ese lugar en la noche, a las 2 ó 3 de la mañana y pedíamos tragos, a esa hora estaban los alcohólicos tomando, bajo una lucecita roja tenue, y de repente un campesino se sentaba a tu lado -cómo es-, -hola hermano-, era Óscar Salas, dirigente minero, o el actual Ministro de Trabajo, nos pasaban el documento, era un comunicado clandestino de la Central Obrera Boliviana (COB), entonces volvíamos a la redacción presentábamos el documento y al día siguiente salía”.

Cuando vino la democracia el año 82, la consigna era todos a San Francisco, -creo que fue una de las concentraciones más grandes que recuerdo en la historia de nuestro país-, llegó el doctor Siles, el hambre no espera era el slogan, y los periodistas pensábamos que por fin ya había llegado la democracia, pero había sido lo mismo con diferentes matices.

Para el periodista el querer controlar la prensa es algo que se repite a lo largo de toda la historia.

ACTUALIDAD

Y en la actualidad no es diferente, es más, ahora es el peor momento que atraviesa el periodismo, asevera Glasinovic.

“Ahora, este momento que estamos viviendo en nuestro país es el peor que está viviendo el periodismo boliviano, ni los dictadores nos han tratado tan mal, en dictadura nosotros sabíamos que te iban a matar o llevar al exilio o a la cárcel sabíamos el riesgo, pero ahora estamos en democracia y nos quieren amordazar o sea quieren el control y el poder absoluto”.

Sostuvo que es tan clara la intención que no la pueden disfrazar. “Que la Ley de Imprenta es vieja por tanto no sirve, ¿quién ha dicho que los principios envejecen?, si es así la Biblia no sirve, los usos y costumbres que tanto hablan nuestros actuales gobernantes son de hace 500 años, -dicen, algunos se inventan- entonces tampoco deberían servir”.

La Ley de Imprenta tiene principios sabios, por eso la defendemos, dijo, pero además ha sido el paraguas que nos ha permitido trabajar en toda esta etapa republicana con cierto grado de libertad; la Ley de Imprenta tiene un solo artículo que nos beneficia a los periodistas, y es el artículo 8 que dice que el secreto en materia de imprenta es inviolable, el resto nos castiga duramente pero la gente habla de memoria, pese a que la nueva Constitución Política del Estado tiene cuatro artículos que garantizan la libertad de expresión de nuestro país el 21, 106, 107 y el 410.

Qué es la libertad de expresión: es el derecho que tiene cualquier ciudadano de expresar lo que quiere, a ningún ser humano le pueden decir: “Tú no puedes hablar esto”, uno puede hablar lo que quiera, bajo riesgo de sufrir algún castigo si es que se extralimita, si es que ofende, pero de decirlo lo puede decir.

Ahora quieren reglamentar la labor del periodista, empezar a ponernos un nuevo diccionario.

Indicó que cuando se discutía la Ley contra el Racismo y toda forma de Discriminación era igual, y ahora ¿qué quieren? Decirnos qué es lo que podemos decir y qué es lo que no podemos decir.

Cada vez más se va achicando el cerco y el espacio en el que los periodistas podemos efectuar nuestro trabajo.

Sin embargo aseguró una vez más, que por más que les pongan mordaza, por más que por lo que hablen les signifique la cárcel, van a ir a la cárcel no hay problema, pero detrás de ellos habrán otros periodistas y con toda seguridad van a seguir haciendo lo que se ha hecho, y se continuará informando a la gente, porque la gente tiene derecho a saber y conocer y nadie puede acallarlos y no lo van a lograr.

“Ahora mismo estamos súper amenazados, el Presidente ha dicho que quieren cambiar la Ley de Imprenta, ¿por qué le tienen tanto miedo a la Ley de Imprenta?, todos: dictadores, demócratas, todo el mundo. ¿Qué es lo que quieren?, van a aprobar una ley que se llama de Comunicación y ¿qué va a decir la ley?, ¿cómo tenemos que hablar?, ¿qué tenemos que decir?”, enfatizó.

Según el presidente de la APLP, las intenciones del Gobierno de obstaculizar el trabajo de los periodistas en el fondo es una venganza, porque la cobertura que han hecho los periodistas de la marcha del Tipnis, ha permitido descubrir muchas cosas, entre ellas el sobreprecio en el contrato y la brutalidad de la policía que ha intervenido la marcha.

“Porque si no hubiesen habido las cámaras que han filmado y han horrorizado a todos, probablemente no hubiera sucedido, hubiera pasado desapercibido, pero esa cobertura es lo que le colmó al poder y por eso han dicho: bueno hay que ponerlos en su lugar; están muy equivocados, tienen una lectura muy sesgada y diferente de la realidad”, manifestó.

A los periodistas bolivianos, reiteró, no nos van a acallar yo les puedo asegurar, nos podrán meter a la cárcel a los que estamos eventualmente en la dirección de alguna asociación o sindicato, pero por detrás hay muchos más periodistas que vamos a continuar ejerciendo este nuestro trabajo que es de servicio y que tiene que ver con la comunidad, con la gente, es un compromiso de vida, y estamos en eso, en la defensa de la libertad, que no es la libertad de los periodistas, es libertad de toda la gente, porque si a nosotros nos amordazan, la gente no va a saber lo que está ocurriendo y tampoco podrá decir nada.

Fuente: LA PATRIA