Al comienzo de cada año las fuerzas laborales del país se movilizan para pedir al Gobierno una nivelación salarial que compense sus gastos de la gestión, lo que por supuesto demora mucho tiempo en su consideración debido a la oferta del porcentaje oficial que nunca satisface la expectativa laboral, por tanto es muy difícil alcanzar objetivos de un justo equilibrio salarial con el costo de una canasta familiar casi siempre especulativa.
Las grandes luchas sociales se originan justamente en el desnivel que existe en la asignación de salarios, tal el caso de disponerse de un mínimo vital que en el momento actual es algo superior a los 800 bolivianos y que sirve para cubrir un alto porcentaje de trabajadores –de base– que se dan modos para que esa suma alcance mínimamente para satisfacer la obligación alimentaria de una familia tipo, pareja de padres y por lo menos tres hijos.
Hay que pensar en lo que sucede en este tipo de familias, cuando además se deben cubrir los gastos de alquiler, luz, agua, gas, transporte y de manera obligatoria los gastos de educación y eventualmente los de salud. La única explicación es que el jefe de familia trabaja en doble turno, la esposa se ve obligada a trabajar y hasta es posible que niños de cierta edad, tengan que darse modos de ganar unos pesos para apoyar el presupuesto familiar.
Mientras se mantiene ese patrón generalizado entre las familias de escasos recursos existen otras escalas salariales, entre las que se incluyen las que rigen en la Administración Pública y favorecen en gran porcentaje a los amigos del sistema, permitiendo que buena cantidad de empleados cobren la factura por su apoyo partidista… son los trabajos de gestión política.
Hay otra escala en la pirámide salarial y es la que está casi en la cúpula, la misma que no debería exceder de montos que estén por encima del que gana el primer funcionario del Estado y que es muy próximo a los 15 mil bolivianos mensuales, sin embargo en algunas empresas con tuición estatal se permiten sueldos que bordean los 20 mil mensuales. Mejor no hacer mención a las dietas que perciben parlamentarios, consejeros y concejales que naturalmente tienen una diferencia abismal con los salarios mínimos fijos e inamovibles.
Lógicamente que hay una escala salarial en todos los esquemas gobernantes, pero en algunos casos con la diferencia de que los mismos responden a un esquema equitativo en el que la escala más baja, es permisible para enfrentar el costo de vida regular de una familia tipo y el resto de los niveles aplicados en función de capacidad, méritos, experiencia e idoneidad, sin que exista una brecha abismal entre los más altos y los mínimos de base.
En nuestro país, pese a las motivaciones de un cambio de acción para mejorar las condiciones de la mayoría ciudadana, todavía no se ha esbozado una política salarial que responda a las condiciones de exigencia mínima de una familia de 5 miembros, por tanto en las actuales condiciones, los que más necesitan tienen que movilizarse a través de los organismos sindicales para exigir un incremento salarial digno y equitativo.
La Central Obrera Boliviana comienza la gestión con la renovación de su pliego petitorio en el que el principal aspecto está relacionado con un aumento de salarios que compense el costo de la canasta familiar que está por encima de los 1.500 bolivianos mensuales y otra suma, similar mínimamente, para cubrir el resto de las ineludibles obligaciones de cada hogar.
Fuente: LA PATRIA
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