Cada nueva gestión se convierte en reto y desafío de la gente en busca de sus objetivos, de sus más caros anhelos, de sus motivaciones más íntimas y los propósitos de bienestar y dicha que rodeen a sus seres queridos. Se trata de encarar el desafío y adaptarlo al tiempo en que vivimos, sabiendo que no hay ninguna fuerza que sea capaz de sobreponerse al destino y la voluntad divina sobre cada una de las personas.
No es nada extraño que en este periodo de horas recordemos lo que nos han deparado días pasados, esperanzas que se vieron convertidas en hermosas realidades o proyectos que no llegaron a término son las cosas que han conformado nuestro diario vivir, esa parte que nos inducen a la búsqueda de mejores circunstancias, es decir buscando cumplir el destino de vivir sin ostentaciones pero tampoco con limitaciones.
Éxitos y fracasos están pues actuando sobre nosotros y al encontrarnos frente a circunstancias que nos han sido en especial adversas reaccionamos contra ciertas condiciones humanas y naturales que han impedido llegar a la meta de nuestras aspiraciones y que se convierten en frustraciones dolorosas, que son el motivo de mayor daño a nuestra integridad y que en su caso pueden ser parte de una corriente negativa generada y empujada por voluntad propia.
Lo importante es que nos pongamos en la realidad del acontecer nacional en el transcurrir de cada día en nuestra comunidad que también tiene especiales peculiaridades y sólo por esas circunstancias nos obliga a extremar recursos para mejorar todo ese entorno en el que nos desenvolvemos y queremos que progrese y crezca cada día para felicidad de todos y cada uno de los que somos parte de la comunidad fraterna y solidaria en el ideal que nos hacemos para convivir en paz y armonía.
No es cuestión de idealizar esquemas, de soñar en proyectos que no están en las posibilidades de hacerse realidad por varios y adversos factores que deben ser identificados claramente para no crear falsas expectativas. Al comenzar otro año debemos poner los pies firmemente en el terreno de la realidad y diseñar un plan efectivo que pueda ser ejecutado y que no sea otra frustración para el recuento negativo de la gestión.
Es necesario destruir las barreras negativas que nosotros mismos hemos alzado en base al pesimismo y el conformismo o en el otro extremo por efecto de la soberbia o el autoritarismo y que ambas circunstancias influyen en el cumplimiento de las metas que nos fijamos y que a veces las estropeamos.
Tenemos que encontrar coincidencias en deseos y en decisiones que permitan desarrollar los planes efectivos, aquellos que merezcan todo nuestro esfuerzo, nuestra capacidad y entereza para llegar a las metas deseadas que no son otras que al ser ejecutadas nos harán sentir plenamente realizados.
El año que comienza se abre para nosotros con su infinita gama de posibilidades, todas maravillosas y distintas para cada día. En nosotros está pues el utilizar las posibilidades que se nos presenten aprovechándolas íntegramente, de manera solidaria y altruista. Nuestro destino está marcado y es un desafío para cada uno cumplirlo de la mejor manera posible. Hagámoslo con amor y armonía, con justicia y libertad. Felicidades para este año 2012.
Fuente: LA PATRIA
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.