Nuevas autoridades originarias: al mando del Ayllu
01 ene 2012
Fuente: LA PATRIA
Por: Donato Ayma Rojas - Comunicador Social y Sociólogo
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Cada 1 de enero (Año Nuevo), en más de 150 ayllus del departamento de Oruro, se realiza el cambio de autoridades originarias, en medio de aplausos y vitoreos en un acto público, según las costumbres de cada Marka o Ayllu, vestidos de hermosos ponchos y aguayos de colores vivos y naturales, de acuerdo las características de cada región.
La nueva autoridad originaria y su esposa, después del acto de consagración, juramento ante el pueblo, se convierte en la primera autoridad del ayllu, con todas las obligaciones y deberes como un padre del ayllu conocidos como: tata y mama jilaqata, awatiri, tamani, maran awki, maran tayka. Las autoridades originarias están al servicio de su pueblo, en lo social y en lo económico, velando los linderos y mojones inter-ayllus e inter-markas.
Según testimonio de ancianos, cuentan que antiguamente para llegar a la silla de la autoridad originaria, tenían que cumplir varios servicios de carácter social en la comunidad y eclesial, comenzando de alwasil, postillón, había varios pasos que cumplir, era como subir la escalera o las gradas, para alcanzar la cabeza y el mando del Ayllu. Sin embargo, en los últimos tiempos este proceso va desapareciendo, se ha implantado el sistema de rotación de autoridades por turno, por ejemplo en un determinado Ayllu hay varias comunidades, de los cuales anualmente rotan haciendo la giratoria en forma circular de derecha a izquierda. El servicio que presta esta autoridad durante su gestión administrativa es completamente gratuito.
En este contexto socio-político, el Año Nuevo en el mundo aymara, llega con nuevas autoridades originarias, hay nuevas caras, con nuevos ponchos y aguayos, nuevas ch’uspas y tarillas, con una mirada al horizonte y con ganas de trabajar en beneficio del desarrollo del ayllu. Dependiendo de la región o de la Marka, en algunos ayllus el cambio de autoridades originarias, la realizan la última semana de junio en el Año Nuevo Aymara, con las mismas características ceremoniales y rituales.
ORGANIZACIÓN SOCIAL Y AUTORIDADES ORIGINARIAS
La organización social y política del departamento de Oruro, cada vez más es visible en este proceso del Estado Plurinacional de Bolivia, a partir de su propia identidad cultural, que se caracteriza en cada Ayllu y Marka, en los colores y diseños de los ponchos y aguayos, el chicote como símbolo de autoridad, unos llevan en el cuerpo, otros en el cuello y otros en el brazo. Las autoridades originarias en los ayllus de Oruro, se las reconoce por el color y diseño del poncho, el aguayo, la ch’uspa con hermosas bolachas y la tari que lleva en la mano la autoridad mujer, se puede observar que otros son colores vivos y otros naturales.
SUYUS
Hoy, en el departamento de Oruro, se identifica por Suyus, por ejemplo Jach’a Suyu Carangas, los Killakas, los Soras y otros. Las autoridades originarias: tamani awkis y tamani taykas, de una Marka a otras, defieren mucho en los usos y costumbres, en la expresión de la ch’alla y en otros actos ceremoniales. Entre las autoridades originarias, se escucha frecuentemente en la ch’alla la nominación de sus deidades de la naturaleza, el pusi suyu, marka qullu, condoriri, samiri, Dr. Sajama janq’u llumpaq ponchoni, quri wutasani, qulqi wastunani, tata Sabaya “Martín Kapurata Cóndor Willka, María Rosa Kaltirani”, Thunupa “mik’a tayka”, así se puede escuchar de las propias autoridades de Marka de Jach’a Carangas, particularmente de los ayllus de Curahuara de Carangas, San Pedro de Totora, Turco, Sabaya, Huachacalla y otras del occidente orureño.
Las primeras autoridades del Ayllu, se las conoce como: Tamani, Awatiri, Marani awki - marani tayka, Mallku awki – mallku tayka, tata jilaqata - mama jilaqata, y en las comunidades de ex haciendas aún están vigentes las autoridades de dirigencia sindical como Secretario General, Central Agraria y las Subcentrales. Estos conceptos, son sinónimos de denominación de la autoridad originaria de un determinado ayllu o la ex hacienda. Estas autoridades, asumen el mando de “gobernar el ayllu” al servicio de la comunidad íntegra.
La principal preocupación de estas autoridades, que en su gestión haya producción agrícola para la alimentación de la población y los excedentes queden guardadas en las pirwas, para enfrentar algunas situaciones de crisis económica “mach’a mara”. Además, que haya pastos y forrajes para sus animales.
El ayllu, es el territorio que está administrado y controlado social y políticamente por las autoridades originarias. El rol de la primera autoridad del ayllu, es tomar decisiones a favor de la educación, salud, cuidado del medio ambiente, la alimentación, al servicio de su comunidad, en lo social, económico y político.
THAKHI CAMINO A RECORRER
En la lógica aymara, como la primera autoridad del ayllu, tiene en su agenda para todo el año, varias actividades rituales a cumplir, en beneficio de la comunidad, que muchas veces hay costumbres, de ofrecer una “wilancha” con una llama, alcanzar una “dulce mesa o q’uwa mesa” a la “kamana”, a las deidades de la naturaleza, al patio de la “kamana”, la “Pachamama”, brindando la ch’alla con un poco de alcohol puro las cuatro esquinas del “pusi suyu”, como una forma de respeto a la naturaleza, para que todo le vaya bien durante año.
El thakhi, es el recorrido como la senda, la agenda a cumplirse a lo largo del año, desde los días de asumir el mando, visita a los mojones lugares de linderos, la residencia “muyta” visita casa por casa, los actos rituales en la Anata, ceremonias para alejar las heladas y granizos, en el Cabildo del Ayllu, así como esas hay varias que están previstas e imprevistas.
En las actividades imprevistas, se presentan viajes en comisión a la ciudad de Oruro y otras veces hasta La Paz, para presentar sus peticiones ante las autoridades departamentales y nacionales. Visitas a las Markas, como una forma de interrelación entre las autoridades originarias.
Otra de las actividades, es el cobro de contribución territorial de los sayañeros del ayllu e informar en el Cabildo del Ayllu como rendición de cuenta a la población.
MUYTA O “RESIDENCIA”
Los ritos ceremoniales vienen una tras otra, según los usos y costumbres de las autoridades originarias, consiste en la ch’alla, el pijcheo de la coca, con la esperanza que su gestión sea lo mejor particularmente en la economía, eso quiere decir que haya buena producción agrícola, pastos y forrajes para sus animales, además que no haya heladas, sequía, ni granizada, por los constantes cambios fenómenos climáticos, las heladas hacen daño la producción agrícola. Alcanzar la q’uwa mesa, es como una forma de pedir permiso para salir la “muyta o residencia”, de visitar casa por casa, que durará varios días.
En este contexto político, me voy a referir, específicamente de los ayllus de Marka Toledo, del antiguo Q’asaya. La “muyta o residencia”, comienza desde el taypi del ayllu, la primera semana del mes de enero, una vez asumido el mando, el tata y mama jilaqata autoridades originarias, inician con una wilancha de un cordero blanco acompañada de una q’uwa mesa, para que todo el recorrido la “muyta o residencia”, le vaya bien. Acompañan algunos familiares más cercanos, formando una pequeña comitiva de tres cuatro personas, el recorrido que abarcará una o dos semanas dependiendo el tamaño del ayllu.
Muyta o residencia, es la visita casa por casa a cada familia, dentro la jurisdicción del ayllu. El tata mama jilaqata, llega anunciando la visita con el ulular del pututu. En su saludo las nuevas autoridades, dice: “wawa qallu nayaw machaq awatirmata, uñt’asxapxita”. Además, la autoridad, pide a la familia como una forma de exigencia del trabajo: “Kawkis qaputa, kawkis sawuta”, “kawkis yapu yapuchata”, entonces tienen que mostrar los tejidos, hilados trenzados de sogas y el trabajo agrícola.
El tata jilaqata de poncho y la mama jilaqata de aguayo, ambos cargados de hermosos aguayos, para la familia es un honor la visita de las nuevas autoridades. La gente sabe que en el curso de la primera semana de enero, cualquier momento puede llegar el tata y mama jilaqata, por lo tanto uno está pendiente, preparados para recibirlos a sus autoridades en el patio de la casa, donde hay una mesa de piedra empotrada en tierra y sus asientos tendidos con chusi (tejido).
La autoridad originaria junto su esposa, se dirige recomendando a la familia, que tienen que trabajar desde muy tempranas horas de la mañana, no descuidar el cuidado de sus hijos, criar y cuidar bien los animales, no dormir hasta tarde, ser responsable en el hogar y en la comunidad. Después de esa recomendación, las autoridades se despiden, y continúan su recorrido visitando a otras familias.
El ayllu en su extensión es grande, mediano y pequeño, las casas son muy dispersas, antiguamente tenían que caminar a pie o montados en caballos, se tardaba hasta un mes, en los ayllus grandes. Décadas después, recorrieron en bicicleta y últimamente en motocicleta, acortando el tiempo. Si la casa está vacía, no hay nadie, como símbolo de visita en la puerta, deja un manojo de coca tapando con una pequeña piedra plana o con pedazo de k’analla, como signo de visita del tata y mama jilaqata. Actualmente, la “muyta o residencia” va desapareciendo las autoridades originarias ya no lo practican, últimamente la “muyta” ha quedado vacio.
En la “muyta” llegan también los lugares de límites inter ayllus, verificando los mojones promontorios de piedra, se sientan, acullican coca, ch’allan con alcohol, es como una forma de divisar los mojones en el mismo terreno.
LA SIMBOLOGÍA DE AUTORIDAD
La autoridad del ayllu se caracteriza, del típico poncho con propias simbologías del ayllu respectivo, la ch’uspa, el chicote en el brazo o en el cuerpo y el bastón de mando en los brazos del jilaqata o mallku; la esposa la mama jilaqata o mama t’alla, se diferencia de un hermoso aguayo que lleva puesta y con el otro cargado en la espalda, en la mano lleva el tari de coca. Antiguamente, en toda su gestión, las autoridades originarias no tenían que quitarse ni el poncho ni el aguayo, según las propias normas internas.
Hoy las autoridades originarias, han roto esas normas propias del ayllu, el poncho y el aguayo, se ponen solamente en grandes ocasiones, en las movilizaciones, asambleas, desfiles cívicos, visitas a las autoridades departamentales y nacionales, en los cabildos del ayllu, etc.
En la lógica aymara, quitarse el poncho o el aguayo, en la época de lluvias puede causar el despeje de las nubes y en la noche puede presentarse las bajas temperaturas provocando heladas en la producción agrícola. En este entendido, la autoridad originaria, simbólicamente está abrigando la naturaleza con el poncho y el aguayo, para evitar las heladas en el periodo de lluvias, los meses de enero y febrero principalmente.
En la Marka San Pedro de Totora, las autoridades originarias de los ayllus llevan el poncho y el aguayo que caracteriza el color de la totora verde, con diseños y símbolos propios. Los tamani awkis y tamani taykas, llevan las hermosas ch’uspas con bolachas de color, asimismo el tari de coca. Además, San Pedro de Totora es la capital de la Tarqueada del departamento de Oruro, en base a sus respectivos ayllus: Lupi, Aymarani, Warawara, Lirqu y otros.
La Marka Kurawara de Carangas, constituida en base a nueve ayllus y sus respectivas autoridades originarias, se caracterizan del poncho y el aguayo, que predomina el color natural tejido de la fibra de alpaca. En el altiplano orureño, cada Marka, cada ayllu defiere de una a otra, en el color del poncho y aguayo. Además, hay otra diferencia, en la melodía y el ritmo de la música por ejemplo en la tarqueada, el llano baile, sikura, la guitarrilla y el jaylli a las alpacas y llamas, son propias costumbres de cada ayllu de Jach’a Carangas.
En la Marka Toledo, las autoridades originarias de los 12 ayllus, se diferencian del color de poncho y aguayo guindo rojizo con diseños, la chúspa y el tari de coca donde llevan el “lluqu” y el “ñuñu”, el chicote en el brazo derecho y agarrado el bastón de mando. El tejido y el diseño de los ponchos y aguayos, es una lectura que puede expresar la cultura aymara, una técnica propia enraizada en los valores culturales de este pueblo.
En la ciudad de Oruro, la primera semana de enero, se puede observar en las afueras del templo del Socavón, después de la misa de la comunidad. Son las nuevas autoridades del ayllu, primero visitan al templo del Socavón, después la Gobernación del Departamento, la montaña de Conchopata ahí ch’allan y alcanzan una “q’uwa mesa”, Radioemisoras Bolivia y otras instituciones, una forma de presentación como nuevas autoridades del ayllu y les conozcan para realizar trámites durante su gestión que les toca gobernar el ayllu.
Fuente: LA PATRIA
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